Supongo que sí han venido por aquí últimamente, se habrán dado cuenta de lo mal que he manejado mi blog en estas dos semanas y estarán pensando que merezco todo tipo de regaños y alguna que otra critica relativa a lo que algunos llaman decepción. Claro, lo digo poniendo por cierto el hipotético y muy remoto caso que algunos de mis lectores hayan extrañado las cosas que escribo, la mayoría de las veces, para sacarme la rabia de encima.
Pues bien, aunque así parece, no he abandonado mi blog. Los de Entonces es un compromiso conmigo y, a esta edad, la única cosa que más o menos intento respetar (sin tanto éxito, a decir verdad) son los compromisos que hago conmigo, sobre todo cuando esos compromisos tienen la suerte de ser compartidos y aceptados con gusto, cosa que por cierto, jamás he agradecido apropiadamente y aprovecho para hacerlo.
Aclarado ese asuntico, les cuento: mi cabeza ha estado girando a millones de revoluciones porque, en los últimos días, toda mi energía ha estado centrada en los preparativos de mis vacaciones; es decir, en los preparativos de un viaje que, dicho en el más puro estilo pitiyankee, “is a dream come true”. Me voy a patear Europa, voy a dedicarme algunas pocas semanas a consentirme y voy a ver si termino de encontrar la mejor forma de entender este montón de cosas que hacen del mundo un lugar ancho y ajeno (que dijera Prieto); así que hasta mediados de septiembre, Los de Entonces estará cerrado por vacaciones. Esas vacaciones serán contadas, en detalle, en mi bitácora de viajes y la normalidad para mi vida de blogger que busca la fama, regresará con la calma emocionada que siempre producen los viajes; pero regresará en Septiembre.
Cuídense, disfruten sus vacaciones y pásenla tan bien como puedan.
Abrazos
P.S.: Aprovechen, mientras tanto, de leer algunas de las cosas en archivo y/o conocer Las Libretas de Taki. Gracias!!!
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