
Los cambios que, desde hace once años, amenazan con borrar todo vestigio de vida inteligente; tienen su mejor representación en los eufemismos con que se adorna la oratoria de los representantes del régimen y de sus seguidores, sin excepción. Eufemismos que engañan a quien quiera dejarse convencer por ellos, para acallar un poco su conciencia. Nada se escapa al verbo incendiario puesto de moda por el sabanetero, pero nada se llama como tiene que llamarse. Es como si nuestro idioma, rico en palabras para nombrar lo bueno y lo malo de los que lo hablamos, existiera para ellos en otra dimensión, acomodaticia y ramplona.
Pongamos por caso la reciente ola de invasiones de terreno que azota a Mérida, desde que hace unos días el jefe máximo decidiera ponerse a “expropiar” edificios allí por donde pasaba. Sus seguidores, con voracidad y organización digna de montoneros, han hecho lo mismo con casi todos los terrenos vacíos que quedaban en el casco central de la ciudad. Llegan en la madrugada, (…todos los gatos son pardos) e instalan una especie de cuartel general en las entradas. Montan unas carpas – rojas, por supuesto – y carteles en las cercanías donde advierten que, desde ese momento, los terrenos en cuestión están en “custodia del pueblo”…una manera bastante rebuscada para anunciar que, fieles a la tradición impuesta por el gobierno socialista, se han robado impunemente una tierra que nos les pertenece.
Claro que lo hacen avalados por el desorden en que vivimos, y claro que, seguramente, algunos de esos ladrones de tierra, necesitan urgentemente una casa decente; pero, ni una cosa ni la otra justifican lo que está pasando; pues para empezar, es tarea del estado venezolano garantizar la propiedad y garantizar la vivienda a quien no puede humanamente conseguirla. Pero, esa Disneylandia no es nuestra. Aquí es mejor robarle tierras a quien las obtuvo en buena lid, y esperar eternamente por la construcción de unas casas que nunca verán. Así, robando y custodiando lo robado, construimos el futuro. Con eufemismos, por supuesto.
No hay comentarios:
Publicar un comentario