Es lo que mejor sabe hacer el sabanetero: convertir en estrellas a periodistas valientes. Es su verdadera especialidad; lo hace sin pensarlo, sin darse cuenta; pero, lo hace con eficiencia digna de mejor causa. Menos mal que hoy le tocó a alguien que no venia de Globovision.
Puede que el hecho noticioso de este lento y fastidioso domingo de mayo, haya sido la farsa electoral del partidito, en la que se gastaron 81 millones de bolívares nuestros. Puede que, incluso, algún interés haya existido en nosotros, los venezolanos, para ver como les quedaba el teatro. Pues bien, una vez más, el sabanetero se ponchó con las bases llenas. Primero porque a la fulana elección, acudieron MUCHISIMOS menos votantes de lo que todos ellos esperaban. No lo digo por decirlo: estuve visitando centros electorales y allí no había nadie. Eran sitios vacíos con esporádicas apariciones de algún militante asustado por el control férreo que le han impuesto a la “soberana decisión popular”. Segundo, porque pase lo que pase, el puesto de los “panitas” del todopoderoso, están asignados por el dedo mágico de sabaneta y tercero, porque cuando pudo explicarle al país, algunas de las cosas que todos queremos saber, el tipo se enredó, se tomó el sexto café del día (te va a dar gastritis, vale) y se encaramó en la rama más alta, para evitar responder la ponderada y valiente intervención de Adriana Núñez en la rueda de prensa. Fiel a su costumbre, ironizó, la maltrató, intentó descalificarla y emprendió de nuevo contra el imperio.
El resultado: Adriana Núñez es, en este momento, el nombre más buscado en YouTube; sus seguidores en Twitter pasaron de 176 a 10.000 y se convirtió en la periodista estrella (por meritos propios) de Venezuela. Mientras tanto, el sabanetero es el mismo patan de siempre.
Y que conste que esta vez, se la pusieron bombita….
No hay comentarios:
Publicar un comentario