
Creo que aun sabiéndolo con certeza, nadie se atreve a revelar el sitio exacto donde se encuentran las casas en que viven Los Compañeros. Sólo vaguedades se escuchan cuando preguntas; algunos, con intención de no dejarte a oscuras, se atreven a afirmar que ÉL probablemente viva en EL LAGUITO, una mítica urbanización ubicada en los predios de Siboney, el barrio más aristocrático de La Habana, hoy abandonado por sus antiguos moradores (los más ricos de verdad, primeros en dejar el barco) y convertida en asiento del poder.
Está detrás de la Plaza de la Revolución y, en sus alrededores, la única cosa que podría llamar la atención es una mayor presencia de efectivos militares. Lo demás es monte y culebras. Estratégicamente quizás, todo ese sector tiene un aspecto más bien anodino y descuidado. Sin embargo, algunas mansiones revelan lo que puede ser: Son las “casas de protocolo” más elegantes y bien mantenidas de la ciudad, identificadas con números, por toda dirección postal y administradas a discreción por el poder central, es decir, por ÉL. Alguien me cuenta que la Casa 5 ha servido para alojar personalidades cubanas en "situación personal de dificultad" y también, por supuesto, señalan otra de esas enormes mansiones como la residencia casi oficial de jerarcas venezolanos, llegando a afirmar que una de las más escondidas , "pertenece"a nuestro presidente. Otras, para disipar misterios quizás, han sido alojamiento (público y notorio) del Rey de España o de Juan Pablo II y en los mismos predios, en una hermosa mansión, está instalada la fabrica de Tabacos Cohiba. Nadie, sin embargo, es capaz de señalar con su dedo la puerta de la casa donde vive ÉL y, cuando me llevan por sus alrededores, me piden no sacar la mano o hacer fotos y hacerme cuenta que nada sé.
Lo cierto es que se trata, y así ha sido desde siempre, de una especie de secreto de estado. En Cuba es mejor suponer, imaginar, creer, a tener certezas; por eso el negocio del rumor tiene tantos adeptos. Según una simpática vendedora con quien hablo,
“tenemos 53 años de entrenamiento”. Nadie puede decir con exactitud donde viven los jefes más jefes, aunque todos saben en qué lugar de la ciudad se ubican. Algunos saben, exactamente, donde viven algunos ministros (curiosamente, todos saben donde hallar a los defenestrados) pero poco más. Lo que si se dice sin tapujos, es que en esas mismas vecindades misteriosas, han construido carpa y arreglado durmienda, los socios y benefactores que pueblan Latinoamerica, para conseguir refugio en caso de terminar damnificados. Habrá que verlo.
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