
Aunque reconozco que tengo la irremediable costumbre de descalificar todo lo que lleva el mote de Bolivariano, por simple ejercicio de experiencia; esta vez, más por curiosidad que por optimismo, iba decidido a escuchar y tratar de poner mis sentidos en consonancia con cualquier cosa que de ese encuentro resultara, para el bien de los estudiantes. Lo juro, dejé el sectarismo aparcado y entré al Auditorio del Liceo Libertador dispuesto a creerme aunque fuera una sola cosa.
Pues bien, gracias a Dios, en ese lugar no llegaban a estar ni 50 personas, pues la andanada que nos tocó escuchar y aplaudir (yo no lo hice, pero fui el único) no la paga ni 15 sueldos del año, depositados de una sola vez.
El acto, si puede llamarse de esa forma, comenzó con un explicativo video: estábamos allí para unirnos a las fuerzas revolucionarias que desde los liceos de Mérida, llevará al comandante, nuevamente, a la cumbre del poder. Durante 25 minutos, un documental de muy mala factura, recreaba una vez y otra, los escasos encuentros del líder con muchachos liceístas y ponía (para mi desconsuelo) todo tipo de consignas antiimperialistas y pro revolucionarias, en boca de niños que no han llegado a cumplir 12 años. Que no votan.
Terminado el video, una profesora tomó la palabra para leer un par de memoranda remitidos por la Ministra del Poder Popular para la Educación y por la Directora de la Zona Educativa local, en la que recordaban muy claramente, la obligación de: elegir sin más demora, los voceros del gobierno estudiantil en aquellos planteles donde eso no hubiera sucedido ya y dedicarlos a la tarea, impostergable, de pintar murales alusivos a “la gran gesta electoral que viviremos en Octubre de 2007”.
Si tales documentos no hubiesen bastado para aclarar, sin atisbo de duda, el propósito de la reunión, la profesora en cuestión procedió a presentar a un jovencito. Un muchacho que no tendrá ni 25 años y que según el currículo leído, es el que se ocupa en el PSUV, de los asuntos relativos a la educación media.
No quiero dejar de decirlo porque necesito tenerlo escrito en alguna parte para evitar una trampa de la desmemoria: lo que sucedió a continuación, es probablemente una razón suficiente para meter preso al fulano ese y cobrarle, con prisión, el daño irreparable que hace a nuestros estudiantes. Nunca, ni en la más rocambolesca escena de campaña electoral comunista, este servidor había tenido que escuchar una perorata adoctrinadora de peor calidad y más siniestro propósito, que aquella que se lanzó el joven representante del Partido de gobierno, frente a los alumnos y profesores que estábamos allí sentados.
Aguanté por espacio de 45 minutos, antes de retirarme cansado de escucharlo. Pero, esos 45 minutos primeros de la intervención del prócer comunista, bastaron para clavar en mi mente una preocupación adicional que dos semanas mas tarde, sigue idéntica. Lo ejemplifico citando una de sus geniales ocurrencias. Hablando de la importancia que tiene “formarse” como ciudadano, el “orador” se atrevió a lanzar esta afirmación:
“De que nos sirve leer Don Quijote de La Mancha, si nuestros alumnos no han podido antes estudiar, a conciencia, las numerosas películas que sobre ética socialista ha producido el estado venezolano”
Esa perla, inolvidable en su ofensa, fue la que dio pie a la presentación vía Power Point de las prioridades fundamentales que el Ministerio del Poder Popular para la Educación ha marcado para el año 2012. Son dos:
1.- Fortalecer el Poder Popular Estudiantil en la educación media.
2.- Legitimar la formación del Polo Patriótico Estudiantil en la educación media.
Ambas, por supuesto, con el objetivo claro y explicito de llevar al Sabanetero a un triunfo electoral sin precedentes.
Me levanté y salí del auditorio. La mayoría de los alumnos de Educación Media en las escuelas publicas de Mérida ni tienen con que comer, ni reciben el prometido Programa de Alimentación Escolar. La mayoría de los alumnos de Educación Media en las escuelas públicas de Mérida no tienen acceso a computadoras para realizar trabajos de investigación. La mayoría de los alumnos de Educación Media en las escuelas públicas de Mérida atraviesan verdaderos campos minados para poder llegar a clases. El índice de violencia domestica, de deserción escolar por razones económicas, y de embarazos adolescentes, por no mencionar sino tres cositas, ha aumentado entre la población estudiantil de nuestros liceos de manera alarmante; pero, en la mente de la ministra y de sus secuaces, sólo figura la perpetuidad en el poder del Comandante Sabanetero, porque la de ellos, no la garantiza sino el humor del jefe.
Ese es el panorama que ofrece el bachillerato que cursan nuestros hijos. Ese es el plan educativo para el año 2012. Ese es el país que estamos construyendo. A mi me perdonan, puede que suene anecdótico y puede que sea largo y fastidioso, pero no voy a dedicarme, por ahora, a hacer ningún análisis. Me basta con saber que mientras pueda evitarlo, en mi escuela no se pintará un mural, ni se recibirá adoctrinamiento electoral de ningún Polo Patriótico o partido político alguno, porque lo considero un crimen. Las opciones de decisión de un adolescente, si estuvieran permeadas por algo, sólo pueden estarlo por la libertad de elegir. Si uno de mis alumnos quiere dar su primer voto al proceso, quiero que lo haga a plenitud de conciencia, y si quiere darlo a la oposición, también espero lo mismo.
No seré yo el que salga a vestirlos de rojo ni a ayudarlos a construir un ídolo. La vida me ha enseñado que los ídolos que así se construyen, ya no tienen pies de barro, los tienen de arena, y eso, no es lo que yo quiero para mis estudiantes. Nunca.
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