
Ese proyecto, mil veces explicado y concretado en soluciones populistas como las numerosas “misiones” es al mismo tiempo asidero y logro fundamental, de una amplia base de seguidores mayoritariamente ubicados en los estratos C, D y E del entramado social. Esos para quienes el gobierno trabaja mayoritariamente, en desmedro de sectores percibidos como de mayor prosperidad económica e irreductible tendencia opositora, percibidos como enemigos del gobierno y miembros de una clase política cuya fundamentación es imposible de hallar, pero que ataca y busca acabar para siempre con el proyecto más importante del gobierno actual, convirtiéndolos en enemigos de clase.
Normalmente dividido en 2 polos equidistantes, el país ha visto, no sin asombro, como la polarización de dos sectores tradicionalmente enfrentados “a muerte”, da paso a un tercer espacio, desorientado y desesperanzado ante la posibilidad de consecución de mejoras en su calidad de vida. Se trata de los llamados “ni-ni”, un aproximado 30% de la población que en los actuales momentos no está, ni con el gobierno, ni con la oposición, ni representa un movimiento autónomo organizado que ponga en peligro cualquiera de los otros dos; pero sin cuyos votos, a ninguna de las dos fracciones tradicionales les será fácil lograr una victoria electoral. Integrado mayoritariamente por jóvenes y adultos contemporáneos, pertenecientes a sectores A, B y C de la sociedad, opinan que aun cuando se ha perdido calidad de vida, no creen que recuperarla esté en manos de los nuevos lideres opositores, desconfían de los proyectos de la MUD y básicamente piensan que sin una propuesta de país, expresada con suficiente claridad, lo que persiguen es perpetuar los intereses personales y por lo tanto, “sacar a Chávez” para ponerse ellos en su lugar.
Son el grupo que no está convencido de votar, que posiblemente no participa en manifestaciones, ni marchas, ni actividades publicas de ningún tipo y que estaría dispuesto a irse del país en la primera oportunidad, con tal de asegurarse una vida mejor en cualquier lugar del mundo. Critican la inseguridad personal, el desempleo y la falta de oportunidades para los jóvenes, y ven con muy mala cara la permanente ayuda económica a otros países; pero no saben como intervenir para cambiar esa situación, no quieren hacerlo o no creen en el poder del voto, pues no creen en la transparencia y efectividad de las instituciones.
No hay comentarios:
Publicar un comentario