
El jueves 5 llovió menos fuerte y mucho más tarde. El día estuvo medio encapotado y frío; eso quiere decir que Mayo tendrá su poquito de lluvia también y será un mes de días fríos e incómodos. Los otros meses del año siguen formándose, es muy temprano para saber con exactitud lo que vendrá con ellos. Me atrevo a presagiar un Junio seco y caliente, como ha sido el día de hoy, pero podría acomodarse un poco con lo que diga la repinta.
Es nuestro oráculo del tiempo: las pintas y las repintas de Enero son, desde la época prehispánica, el mejor sistema meteorológico del que dispone el campesino andino, para planificar sus cosechas y programar el devenir climático del año que empieza. Funciona con la simpleza de las cosas importantes: del 1 al 12 de enero, se “leen” las pintas; esto es, cada uno de los primeros 12 días, equivale a un mes (el 1 para enero y el 12 para diciembre) según como haya sido ese día, será el mes. Por ejemplo: el 1 de enero fue un día increíblemente frío y con lloviznas aisladas, enero ha sido un mes frío y con escasas lluvias (han caído dos hasta ahora, y son para Abril y Mayo). Del 13 al 24, se “leen” las repintas: suerte de verificación de las predicciones, en las que a cada día corresponde un mes, contándolos “de a pa’tras”. Es decir, el día 13 corresponderá a Diciembre y así hasta el 24 que corresponde a Enero. Si las pintas son exactas, deberían coincidir; es decir, si llovió el día 4, debería llover el día 21 para tener la seguridad de los palos de agua abrileños. En caso de que no suceda, de todos modos, abril y sus aguas llegarán, pero no serán mil.
Claro que el recalentamiento global y todas esas cositas, tienen a las pintas y repintas un poco alocadas y su exactitud está desprestigiándose por razones “ajenas a su voluntad”; sin embargo, nuestros campesinos (y los de una buena parte de Centroamérica) siguen en su empeño de no dejar morir la costumbre de mirar los cielos de Enero para dejarse guiar durante el año. Estoy seguro que mirar los cielos y buscar allí, respuestas a los designios misteriosos de Dios, es algo a lo que muchos modernos se niegan rotundamente. Es una lastima; saber si lloverá en Abril es una gran ayuda; pero, poder estar seguros de que habrá un deslave en Octubre, podría ayudar a salvar muchísimas vidas.
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