Dijeron 12 de febrero y después de eso todo el mundo ha tenido algo que agregar, la mayoría de las veces, para poner el alarido en el cielo y/o leer la mente del sabanetero y sus secuaces, en la que, según opinan todos, las elecciones ocupan el mismo lugar que las trampas del Monopolio. Como en realidad a mí esa fecha no me produce insomnio, (pues entiendo que los meses que faltan para llegar allá sirven para pensar un poco en el día después), prefiero dejar de preocuparme por las primarias “como tal” y darle espacio a quienes yo quisiera ver algún día en Miraflores; en el supuesto de que haya Miraflores y futuro…
Henrique Capriles Radonsky: Es joven, guapo y muy temerario. Mientras otros gobernadores de oposición sufren recortes de presupuesto y otras tantas barbaridades, él se arremanga la camisa, se deja de quejas y se pone a trabajar por su estado. Claro que aprovecha para hacer política y auto promocionarse, pero eso, a estas alturas no tiene literalmente nada de malo. Si fuera candidato, va a regalarnos la campaña mas divertida de la historia. Ningún político venezolano tiene tantas ganas de darle un coscorrón electoral al sabanetero y si lo dejamos, igual se lo da.
Humberto Calderón Berti: Ha debido ser presidente de Venezuela hace por lo menos 30 años. Es culto, inteligente y conocedor de la materia petrolera como pocos. Tiene una cierta ponderación que lo diferencia de otros de su generación y por eso, escucharlo es un placer verdadero. Sabe por donde debería ir el país y sabría cómo conducirlo sin vacilaciones. Es una lástima que su nombre ya no esté en el candelero, pero algún día nos daremos cuenta de lo mucho que nos perdimos al perdernos su presidencia. ¿Estaremos a tiempo?
Teodoro Petkoff: Para ver si es verdad todo lo que se está diciendo de él desde hace 40 años por lo menos, deberíamos darle un chance. Estar en la oposición lo ha convertido en una especie de súper estrella a quien todo el mundo le cree lo que dice y lo cita en conversaciones de calle. Maneja un periódico que ha pasado a ser referencia de las luchas opositoras y últimamente intenta hacerle sombra al bodrio televisado del jefe. El asunto es que nadie sabe si va a dejar de gritar y regañar gente, pero valdría la pena darle una oportunidad; si llegara a equivocarse, vamos a tener dos vidas para cobrárselo.
Cecilia Garcia Arocha: Conoce el país, pero sobre todo, conoce a los que habitan el país. Ha cerrado filas por los más jóvenes, ha ocupado tiempo en pensar soluciones y es la única que ha dicho lo que podríamos hacer para convivir medianamente bien. Su tono de voz es conciliador y su apariencia es inmejorable, a pesar del problemita que tiene mezclando piezas de armario. Tengo la certeza de que huele a perfumes florales y cada vez que la veo en la tele, me provoca sacarla de la pantalla y darle un abrazo. Su cercanía es más de maestra de escuela que de rectora de universidad, pero no quisiera jamás hacerle trampa en el juego. Debe ser muy fuerte como contendora.
Lorenzo Mendoza Giménez: Sólo por vivir la campaña, pagaría por tenerlo de candidato. Mientras su eventual contendor lo descalifica a cada rato, le amenaza con la ruina, lo insulta, le quita terrenos, plantas y silos, él lo único que hace es trabajar para sacar adelante una empresa que ya no puede ser más próspera. Jamás ha mencionado al sabanetero para mal, trabaja con gente porque cree en ellos y desarrolla planes educativos y deportivos (de primer mundo) para los jóvenes y niños del país. A él y su familia, sólo parece preocuparle su empresa y su país, pero en el mejor sentido. Más de 40 mil empleados felices de estar allí, serían sus mejores embajadores y además, si responde a cada arremetida con cuñas como las que POLAR pone en el aire, la pelea estaría ganada antes de ser anunciada.
Alberto Vollmer: Dio en el clavo cuando decidió que luchar contra la delincuencia era posible y creó ese proyecto maravilloso llamado Alcatraz, gracias al cual se han recuperado, por lo menos, 5 bandas delictivas del estado Aragua, sin haber disparado un solo tiro. Tiene dinero, también es guapote y amo del valle, de modo que seguramente jamás ha pensado con meterse en semejante problema, pero alguien debería asomarle la posibilidad. Hasta ahora, ningún proyecto de reinserción social de malandros y delincuentes, ha dado un resultado ni remotamente cercano. Está bien, posiblemente no llegue nunca a la silla presidencial, pero tendría que formar parte de un gobierno de transición; este señor es el único que, en efecto, entiende el tema de la violencia callejera y sabe como atacarlo. ¿Les parece poco?
Carmen Ramia: Otra que ni sueña con la silla, (creemos) pero que lo haría estupendamente. Ha hecho que la cosa cultural incluya al país, que se hable de política, de cambios sociales, de crecimiento, de lo bueno y de lo malo. Abrió las puertas del edificio que le arrebataron, para que el mismo sabanetero echara su cuento y ya sabemos cómo le pagaron. Intentó creer en el “proceso” y gracias a Dios se arrepintió a tiempo. Desde siempre ha sido una de las mujeres más cumplidoras de este país, es simpática, divertida, culta, inteligente y luce de lo más bien para no ser, ni lejanamente, una fashionista. La campaña estaría llena de elegancia y de decencia por un lado y de lo que ya sabemos por el otro; pero sería realmente emocionante y hasta divertida.
Ramón Guillermo Aveledo: Es el intelectual de la política venezolana. Comedido, tranquilo, con valores familiares y artífice de la unidad democrática a la que tanto palo le estamos dando todos. En las elecciones parlamentarias dio muestras de estar dispuesto a dejarlo todo en la mesa y algunos sabemos que lo hizo sin medir consecuencias personales. Sigue en lo mismo; tiene clarísimo como es que se deben hacer las cosas y capotea las mezquindades con un buen genio que ni se cuenta. Escucharlo es un gustazo y como si fuera poco, varias veces ha dicho que su motivación fundamental es el futuro de sus hijos. Es decir, estamos en la misma página que él, todos.
Eduardo Fernández: De los políticos de vieja data, tal vez sea uno de los pocos a quien se le puede creer algo del cuento. Últimamente anda en un tema de educación y formación de líderes que amenaza con ser un proyecto de extrema seriedad; defiende la juventud y lo hace con argumentos reales y convincentes. La última vez que lo escuche hablar, parecía haber aprendido de sus errores de campañas del pasado. Ha envejecido bien, tiene una cierta simpatía que lo hace cercano, con inteligencia y buenas maneras. Simplemente lo creo incapaz de hablar por 8 horas seguidas y mucho menos de insultar a quien se le ponga en frente.
José Mendoza Angulo: Tiene trayectoria política en la que posiblemente haya cometido errores, pero cuando podría estar disfrutando de la jubilación y de los nietos, contribuye a mantener activa La Tertulia de Los Martes, un espacio de discusión y formación política en Mérida, que no tiene parangón en el país. Por allí ha pasado lo más granado y florido de la inteligencia nacional y desde allí han salido propuestas muy serias y consensuadas para ver si le damos un golpecito al timón. No solo es el papá de amigos muy queridos, es lo de menos; es un señor conciliador, emprendedor, decente y le gusta rodearse de gente que sabe cómo hacer las cosas, escucharlos y atender sus consejos. Raro, no?
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