lunes, 28 de diciembre de 2009

Inocentes somos todos

Mi abuela adoraba el día de los inocentes. Se levantaba temprano para gastar bromas a todo el que se pusiera a tiro; bromas reales que preparaba con antelación y que despertaban su buen talante y su cáustico humor desde el amanecer. Todo empezaba con el café con sal que, impepinablemente, tomábamos desprevenidos al desayuno; “caer por inocente” era un rito inevitable, gracias a su manera especial de hacer las cosas. Pero iba más allá; apoyada en su fama de excelsa cocinera, preparaba pasteles rellenos de algodón, tan doraditos y crujientes que nadie osaba rechazar, o regalaba hallacas, cuyo relleno eran trapos viejos. Algunos años, para devolver favores de vecinos queridos, los sorprendía con el regalo inesperado de una torta decorada con motivos navideños hechos en fina repostería; al cortarla, los que la recibían, se encontraban con un molde de aluminio allí donde debería haber un delicioso pastel. Los vecinos y amigos terminaban recordando que era el Día de los Inocentes y reían divertidos; mi abuela se hacia perdonar, al final del día, invitando a una improvisada merienda de Inocentes en la que todos comían, sin temor, las exquisiteces propias de la granjería criolla que ella conocía muy bien. Después de todo, las inocentadas de Doña Josefa duraban tan sólo, las horas de luz que tenia el día. Doña Josefa ya no está, se fue con sus inocentadas hace tantos años ya, que de ella solo quedan recuerdos imborrables para revivir todos los días. El Día de los Inocentes casi no se celebra ya y muchas otras cosas han cambiado; sobre todo la buena fe de quien espera ser sorprendido con una broma el 28 de Diciembre. Debe ser que vivimos en un país que “cayó por inocente” hace once largos años y sigue esperando, sin resultados, que la broma termine y alguien le sirva un dulcito en la sala de una casa, adornada con los rescoldos de una Navidad que haya sido, realmente, feliz para todos.

sábado, 26 de diciembre de 2009

Un poquito de decencia

Finalmente había llegado el gran día; después de años apostando a ello y antes de verla en el esplendor de su carrera en el mismísimo Liceu de Barcelona, mi hermano y yo estábamos a punto de escuchar, en Caracas y, por primera vez en la vida, a la gran Montserrat Caballé, quien estaba de visita en nuestra ciudad en gira de conciertos. 
Serían dos conciertos: Uno gratuito en el Aula Magna de la UCV al que iríamos, seguro; y una gala en el Teatro Municipal a la que solo entrarían 1000 privilegiados, siempre que pagaran el valor del boleto. Yo había movido cielo y tierra para conseguir las mejores butacas disponibles y, con la misma emoción de las hermanas Ancizar en la noche de Gardel, logré conseguir, pagados a precio de oro y gracias a mis "influencias" como trabajador del equipo de producción  de esa visita, dos puestos en la Fila M, pasillo, del Teatro Municipal. Lo mejor de lo mejor. 
Llegamos al teatro y entre saludos a amigos y parsimonias de noches de gala, nos acomodamos con gusto en nuestros puestos envidiables. Pocos minutos antes de la hora de inicio, uno de los acomodadores, se acercó a nuestra fila y revisó con cuidado dos sillas, que estaban vacías, casi al final de la fila;  aun siendo unos puestos decentes no eran - ni remotamente - los ideales para escuchar a la Caballé. 
Pasaron unos segundos en ese raro silencio que se instala en los pasillos de un teatro cuando se sabe que en solo un breve ratito, el escenario estará copado por la maravillosa presencia de un grandioso espectáculo. Ese breve silencio, interrumpido levemente por un carraspeo aquí o allá, se rompió tímida y momentáneamente por una educada y correcta voz de mujer, quien le aseguraba a su acompañante que, en efecto, esos eran sus puestos. 
A nuestro alrededor ese silencio previo al inicio de la noche, se hizo reverencial de momento. Enseguida, mis vecinos de fila comenzaron a ponerse de pie y saludar. Atraídos por la curiosidad hicimos lo mismo, para descubrir al pie de nuestros asientos, al ex-presidente Caldera y Doña Alicia. Impecables, sonrientes, amables y muy preocupados por no perturbar. 
Mi hermano, profundo admirador de la pareja, salió de su puesto, estrechó la mano del ex-presidente, besó la mano de su esposa, y les abrió paso. Con menos aspavientos, yo hice lo mismo. 
Cuando entraban, Jorge Luis, en un arranque de generosidad impensada, los detuvo ofreciéndoles cambiar nuestros puestos - excelentes - por los suyos. Por todo razonamiento, Jorge les dijo que sus puestos no eran suficientemente buenos para ellos. El doctor Caldera nos miró, sonrió ampliamente, y con ese acento indudablemente caraqueño que tenia, lo tomó por los hombros y le dijo:
-No te preocupes, mi vale, A una voz como esa se le escucha bien desde cualquier sitio. Esos son los puestos que tú compraste. Tu puesto es tú puesto. Los nuestros están de lo mejor. Tranquilo, te agradezco la cortesía, pero no podemos, eso no está bien…
Doña Alicia asintió con la cabeza, zanjó la discusión con un gesto y nos dio las gracias de una forma que yo recordaré siempre como autentícamente genuina.  Ambos fueron hasta sus puestos del final de la fila y se sentaron con toda comodidad. 
La primera parte del extraordinario concierto, compuesto por arias muy conocidas de la opera italiana (una interpretación de su muy famosa Casta Diva, de la opera Norma de Bellini que todavía hay días en que me parece volver a escuchar) transcurrió entre ovaciones y un par de divertidas ocurrencias de la diva. 
En el intermedio, el Doctor Caldera se acercó a un grupo de personas conocidas, con quienes nosotros compartíamos una copa, y nos vio de nuevo. Entonces, hizo lo mejor que un hombre de su estatura pública sabía hacer en tales y tan festivas circunstancias: nos palmoteó en el hombro con afabilidad de viejos conocidos y nos dijo, como quien ha ido toda la vida a conciertos con uno: 
-Caramba vale, pero que voz tan bella la que tiene esa gorda….

El Doctor Caldera

Me instalé, con la calma propia del que está de vacaciones, a ver por televisión los detalles del fallecimiento del Presidente Caldera. Me pareció que tenia fuerza de urgencia histórica, que necesitaba enterarme de cada detalle para ver si recordaba, con claridad, que en algún momento, en este país, se hizo política con un poquito de decencia y hasta majestad. No he debido hacerlo. No me ha dolido tanto la muerte del anciano ex presidente, como la del país que se entierra día a día junto a sus memorias. Nunca fui Copeyano, mucho menos Calderista. Admiré su inteligencia y decoro; pero jamás le di un voto, ni me rasgué las vestiduras por él. Esta mañana cuando veía un nuevo reportaje sobre su época, casi lo lamenté. Por lo menos, entendí que estábamos despidiendo a uno de los protagonistas más relevantes de la historia venezolana del siglo XX. Y créanme; ante la escasez, se me erizó el pellejo. Entonces pensé que el Doctor Caldera fue un señor que entendió, sin esfuerzo, que un país cualquiera se saca adelante respetando las instituciones, acatando las leyes y demostrando, con el ejemplo, el valor de la honestidad. Y ese es un legado muy valioso. No se nada de su probidad personal; tal vez prefiera acogerme a la creencia venezolana que TODOS han robado, más o menos. Pero, puedo decir porque lo viví, que en sus gobiernos, la decencia administrativa parecía ser una prioridad posible. Todo lo demás me importa muy poco. Tanto los gobiernos de Caldera, como de cualquier otro, estuvieron plagados de errores; pero a diferencia de otros, Caldera gobernó el mismo país que ellos, tratando de ser honesto. En este salvaje enclave de ladrones, vale la pena por lo menos, recordar esa insignificante virtud para ver si alguien admite que hace falta.

FELIZ NAVIDAD

Hace algún tiempo que estoy convenciéndome de la urgencia de comenzar a entender las fiestas navideñas como lo que son: un periodo vacacional con muchas excusas para comer y beber en exceso; justificado y vigente desde que el hombre existe. Un año más, lo hemos sobrevivido a medias. Falta el jolgorio del año nuevo, que nada tiene que ver con la Navidad y, entonces, sabremos si la cosa fue tan feliz como queríamos. Debo confesar que la edad y los sucesivos dolores de la vida, me han puesto difícil la alegría navideña. Al menos la que pasa por el bululú frenético que borra todo espacio para la reflexión acerca del significado real de estas fechas. Ni modo, debe ser imposible recordarle a alguien que en esta época, también se estila (ba) prender alguna neurona. Hacemos bien, después de todo; si tuviéramos el ánimo presto para intensidades, arruinaríamos la fiesta pensando en fallas eléctricas, en los precios impagables de todo y en la posibilidad real de perder la vida en un segundo, a manos de cualquier malandro de la calle. Además, tendríamos que estar de acuerdo con el señor aquel que asegura, a cada rato, todo lo contrario de lo que vivimos y lo hace como si nada. Sin embargo, creo que no todo está perdido. Abundan buenas intenciones, la gente anda como blandita, puso a descansar los monstruos y, este año, también, comimos hallacas y pan de jamón y no quedamos en la ruina total. Golpeados, pero en la ruina, nunca. Hemos tenido una navidad más, que fue tan feliz como cada quien buenamente pudo. Ojalá y en algún momento hayamos tenido un segundo para pensar que la cosa va por la tolerancia y la unidad. Y que eso, no hay Niño Jesús que lo compre.

sábado, 19 de diciembre de 2009

Tarea de profesionales

Eran las dos y media de la mañana cuando sonó el timbre. Me desperté con el sobresalto natural del sueño interrumpido a semejante hora. Al llegar a la puerta, escuché la voz de alguien que se identificaba desde fuera como policía. Me tomé unos segundos para despabilarme; mucho se ha oído y leído sobre la policía patria, como para estar invitándolos a tu casa, sin más ni menos, a las dos y media de la mañana. Finalmente, abrí la puerta y salí al porche. Allí fui informado que mi auto estaba desvalijado en medio de la calle. Que fuera a verlo. Había llegado a casa a las 10 de la noche y estacionado en el lugar de siempre: una especie de cobertizo donde pago 75 BsF mensuales, para guardar la mitad de mi auto bajo techo; la otra mitad, la mayoría de las veces, queda casi afuera. Cosas del espacio urbano disponible. En efecto mi auto estaba, literalmente, tirado en el medio de la calle; ambas puertas delanteras abiertas, un reguero de vidrios en la acera y una extraña visión en la parte de atrás: donde antes había una especie de tapa, ahora un hueco dejaba ver las entrañas. Tarde unos minutos en entender lo sucedido: me habían robado la compuerta del maletero. SE HABÍAN LLEVADO UNA PUERTA ENTERA. En minutos y sin que nadie viera o escuchara nada. Desde entonces, me he declarado en shock. No tengo otra palabra. Tengo el dudoso honor de ser el primero de mis amigos a quien le roban de esta forma y además, he tenido que sufrir el desalentador rosario de excusas, palabras de aliento y muestras de resignada conformidad con que los venezolanos tomamos todo lo malo que nos pasa. Pero da igual, mi navidad la pasaré tratando de encontrar una puerta de repuesto, juntando economías para completar la cifra astronómica que cuesta la reparación y gastando otra pequeña fortuna en taxis. Pero eso no es asunto de los que redondearon sus hallacas robándome la puerta; pues está bien, ¡Que con su hiel se las coman!

lunes, 14 de diciembre de 2009

Parte de guerra

Llegó la noche, no sucedió nada de lo anunciado; a menos que las noticias de ciertos alborotos en el centro de la ciudad al final de la tarde, se puedan considerar, primero como ciertas, y segundo como “disturbios”. Los taxistas poco a poco regresan a las calles y la normalidad intenta restablecerse en medio de rumores de todo tipo: Que el taxista confesó su crimen, que fue trasladado a la cárcel, que esgrimió excusas inútiles para zafarse de las evidencias, que estaba enloquecido por el cuarto embarazo de su esposa. En fin, que no se entiende, que es demasiado monstruoso. Nadie menciona a Jessica. Una mujer de 22 años, estudiante de administración y según parece, dueña de la belleza que ha hecho famosas a las venezolanas. Dueña también, dicen, de una alegría de vivir y unas bondades de esas que solo tienen los muertos. El viernes en la noche salió de una fiesta con amigos y llamó un taxi, de la línea más confiable de la ciudad. Lo próximo que se vio de ella fue el cadáver ensangrentado, abandonado en un terreno baldío de las afueras de la ciudad. Ha sido un crimen horrendo; desgraciadamente no ha sido el primero, ni será el último. Jessica obtuvo notoriedad a la hora de su muerte debido a sus conexiones familiares con Los Tupamaros; pero en realidad, ella es una más. Mañana volveremos a las calles, quizás las protestas continúen por algunas pocas horas, todos rezaremos para no ser el próximo, algunas personas leerán y comentarán la noticia. En un par de días, a lo sumo, nadie volverá a recordar a Jessica y entonces, morirá realmente. En vano, como vana es la muerte de todas las víctimas de la delincuencia; como vana se está volviendo la vida de los venezolanos.

La ciudad y el miedo

Tengo en mi cuerpo las señales inequívocas del miedo. Siento el corazón sobresaltado y me ha costado encontrar excusas para almorzar en paz. La ciudad también; el caos habitual, esta mañana, ha dado paso a una tranquilidad de 1ero de enero. No hay autos en la calle, las tiendas están vacías y la gente evita conversaciones delicadas. A cada rato un mensaje de texto se cruza con otro para tratar de averiguar si todo está en calma. Y si, parece que si, la ciudad está en calma, pero la tensión nos está volviendo locos. Nos despertamos amenazados: El transporte público podría ser objeto de atropellos sangrientos; el fuego podría devastar las oficinas de una línea de taxis y quizás en cualquier momento, la ciudad podría comenzar a arder. O no. Eso lo deciden Los Tupamaros. Hoy el destino de Mérida parece estar en manos de ellos. Un taxista, enloquecido repentinamente, violó y asesinó a una muchacha, hija de un Tupamaro y ellos están listos para cobrar la afrenta, respondiendo a la violencia con mayor violencia. Mientras tanto los habitantes de la ciudad, que una vez fuera una de las más apacibles del país, tienen el alma en un hilo, esperando que pase lo que tenga que pasar y rogando que cuando suceda no nos afecte demasiado. Por lo pronto, monitoreamos noticias valiéndonos de los celulares. A medida que se acerca la tarde, el silencio se hace más espeso y una familia (ampliada por la solidaridad automática de quienes creen en la lucha armada) llora, destrozada por un acto sin sentido, sabiendo perfectamente que vive en un país sin justicia. En algún momento arremeterán contra todo y la abominable naturaleza del suceso les dará la razón. Así vivimos.

miércoles, 2 de diciembre de 2009

Entre clases y colores

Sentado en el imponente recinto del aula magna de la Universidad Central de Venezuela, hace años, escuché a un destacado miembro del “país intelectual” de entonces, responder a la pregunta de un estudiante sobre la conveniencia de establecer en Venezuela una auténtica lucha de clases. El intelectual aludido, famoso por su obra, su fortuna personal y sus tendencias derechistas, se puso muy serio ante el micrófono y dijo:
- ¿Clases? yo sólo conozco dos: Turista y primera.
El público, mayoritariamente universitario, soltó una risotada estruendosa y el preguntón, abochornado, no tuvo más remedio que abandonar la sala. Estábamos a principio de los 90 y en Venezuela la lucha de clases era tema de grafittis ocasionales, comunistas rencorosos y hippies en proceso de reinserción. Asunto de perdedores, pues. Había clases sociales, por supuesto. Clases que se permitían la permeabilidad necesaria para vivir en paz. Clases que se resumían en la frase de otro intelectual que dijo un día “aquí, todos somos clase media”. Vivíamos, no tan bien como queríamos; pero intentábamos construir decencia en un país sin posturas irreconciliables. A la mesa de los ricos, se sentaban los menos ricos, y eran bienvenidos. En la de los adecos, brindaban los copeyanos. Entonces apareció un Mesías vendiéndonos felicidad en botellas rojas y llegamos al 2009, odiando la posibilidad de descubrir lo que significa turista y primera; viviendo en rojo y azul, impedidos de disfrutar lo ganado; sin luz, sin agua, y sin saber como vamos a hacer para enfrentar los males de la vejez, que ya no tardan. Ha de ser por eso que rememoramos esos tiempos y pensamos, con legítimo derecho, que la única cosa irreconciliable es esta especie de amargura con que vemos pasar los días. Irreconciliable con quienes destruyeron el sueño. Con más nada.

martes, 1 de diciembre de 2009

La máquina del tiempo

Esta mañana tuve la nítida sensación de que estamos embarcados en un viaje sin remedio hacia el pasado más oscuro y la verdad es, que un escalofrío de miedo me recorrió el cuerpo. No es que yo crea que nos espera un futuro brillante; eso en este expais es impensable. Pero jamás pensé que se podían vivir dos momentos tan indignamente iguales, pues albergaba la esperanza de que hubiéramos aprendido algo la primera vez. El 16 de enero de 1994, me bajé del metro en la estación Chacaito, para cobrar un cheque en el Banco Latino, antes de llegar a la oficina. En los bajos del centro comercial Capuy, había una pequeña sucursal que siempre estaba desocupada. Eran casi las nueve de la mañana, la oficina estaba cerrada y afuera, dos clientes tan sorprendidos como yo, buscaban una explicación. Nada, ni un simple papel, escrito a mano, pegado en la puerta. Pensando que el cierre de la oficina se debía a cualquier imponderable propio de la vida en Caracas, regresé al Metro para seguir viaje a mi oficina del Teresa. En ese vagón de metro, lleno de gente que iba tarde a sus quehaceres, me enteré de lo ocurrido: El gobierno interino del Dr. Ramón J Velásquez había ordenado el cierre del banco, después de un proceso de intervención que nadie era capaz de comprender cabalmente, a menos que estudiara un post grado en el IESA. Las razones eran una muestra más del pan nuestro de cada día: Los directivos del banco más grande e importante del país, se habían cogido los reales. Los tuyos, los míos, los del gobierno de Pérez y los de los 12 apóstoles. Lo que quedaba del banco eran sillas desvencijadas y escritorios vacíos. Y muchos empleados pensando como llevar comida a casa. 15 años más tarde; esta mañana, volví a encontrarme frente a las puertas de una pequeña agencia de un banco cerrado, con otro cheque inútil en la mano y la misma sensación de despiste y causas imponderables. Sólo que ahora, la verdad la habían contado, con su cara muy lavada, los jerarcas del régimen. Verdad que se parece demasiado a aquella de la primera vez, pero está magnificada por los apagones, la matazón, la desconfianza y el dolor de reconocer que vamos hacia atrás, tanto en el engaño como en la estrategia. Y que llevamos 11 años en eso.

domingo, 29 de noviembre de 2009

Domingo de retreta

Fue una de esas casualidades que se encuentran cuando uno no anda buscándolas. Había terminado de almorzar en un restaurancito de las afueras que me gusta mucho, y bajaba en mi auto por el centro de la ciudad, cuando escuché que los acordes de Frenesí, salían de un conjunto musical muy acoplado y apagaban el ruido habitual de mi Plaza Bolívar. Estacioné y caminé hacia la plaza; la retreta dominical estaba en su apogeo. A Frenesí le siguieron otras canciones, propias de retretas: Un pasodoble muy bien tocado, un par de valses criollos, un fox trot y un poutpurrí de canciones hechas famosas por Elvis Presley. Cerraron con una mezcla de joropos tradicionales y recibieron una ovación entusiasta. Es La Banda Sinfónica del Estado Mérida, que hoy estaba dirigida por un jovencísimo Jesús Manuel Parada, en ausencia de Benito Marchan, su director titular. En las sillas de la banda, un grupo de músicos cuya edad promedio debe andar rozando los treinta, disfrutan inmensamente su tarea y hacen suyo un proyecto de vida: rescatar la tradición de las retretas sinfónicas. Proyecto que agradecen las más de cien personas, la mayoría jóvenes universitarios, que llenan la improvisada sala de conciertos; reprimiendo unas ganas de bailar que encuentran libertad en los habituales borrachitos de plaza. No tengo ni oído ni vasta cultura musical, de modo que no me atrevo a hacer un juicio sobre la calidad de la Banda. A mi me sonó rico; además, escuchar un fox trot a las 5 y media de la tarde de un domingo fresco en la Plaza Bolívar de Mérida, es una puerta a la esperanza. Una puerta chiquitita, pero está ahí: todos los domingos a las 4 y 30 de la tarde. Y eso significa que por algún lado mantenemos las ganas.

martes, 24 de noviembre de 2009

¿Por qué será que no les creemos?

Antes de su detención la semana pasada, muy pocos venezolanos sabíamos que Ricardo Fernández Barruecos es dueño de cuatro bancos y uno de los empresarios más poderosos del país. Tal vez por un resabio cuartorepublicano, siempre hemos creído que los empresarios aquí están completos, atienden el negocio, mantienen el lustre de sus apellidos y de vez en cuando se vanaglorian de ello. Todo lo demás, en estos tiempos, lo llamamos “boliburguesia”, nuestra nueva clase social. Clase a la que, según parece, representa muy bien este Midas en desgracia; cuyo único talento era reproducir magníficamente un dinero obtenido, sin escrúpulo alguno, a fuerza de estar en el momento justo, a la hora precisa, en compañía de algunos grandes cacaos del régimen, y tener, según dicen, línea directa con Miraflores. Entonces, un hombre tan conectado, el mismísimo “Zar de Mercal” ¿Cómo fue a parar al Helicoide? Si este señor se hizo millonario robando al régimen – que palabras más, palabras menos, eso dicen que hizo - ¿Cómo es que él, es el único responsable de los manejos oscuros de unos bancos donde se guarda una buena parte del dinero del desgobierno? ¿Dónde están y quienes son sus compinches? ¿Qué le quedó debiendo a quien? No soy yo el único que siente que cada vez que un escándalo de estos aparece, lo poco que sale a la superficie esconde el grueso libro de facturas pendientes, que usan como cuchillo filoso, los verdaderos poderosos de la nueva casta venezolana. ¿Cuál es la verdad detrás de la detención de este señor? ¿Será que estamos ante una nueva “tribu de David”, que administra las libertades y los dineros de la nación bolivariana? ¿Por qué será que en este caso, hay tantas cosas que no creemos?

A lo mejor es un nacionalista, un patriota...

Se proclamó Su Excelencia el Presidente Vitalicio, Mariscal de Campo Al Hadji Doctor Idi Amin, Señor de todas las bestias de la Tierra y de los peces del mar, Conquistador del Imperio Británico en África en General y Uganda en particular y Rey de Escocia. Se otorgó, entre mil falsas preseas, la Cruz de la Victoria, la Orden por servicios distinguidos a la Patria y la Gran Cruz Militar. En realidad era, según la descripción exacta del periodista Manuel Jesús Orbegozo “un hombre alto, fornido; con la conciencia más negra que la piel; una ballena que se desplaza en un mar de sangre, con un poco de Nerón, otro poco de Calígula, y mucho de ogro, de bestia humana; vive en un pequeño país del tamaño de una llaga, pero sus crímenes son más grandes que la tierra”. Se llamaba Idi Amin, fue dictador de Uganda, un pequeño y pobre país africano, desde 1971 hasta 1979 y en ocho años se ganó la más abominable y sanguinaria fama que dictador alguno, a excepción de Adolf Hittler su ídolo reconocido, haya podido merecer. No fue una fama sin razones. En 1972 expulsó del país a más de 70.000 asiáticos; durante la guerra del Yom Kippur colaboró estrechamente con las fuerzas árabes en el ataque a Israel decretando medidas asquerosamente antisemitas y, según las investigaciones más veraces y serias, ordenó asesinar por puro placer a cerca de 500 mil ugandeses. Prácticamente analfabeto, probablemente esquizofrénico y absolutamente despiadado, Amin, paracaidista del ejército de Uganda; llegó a la presidencia luego de derrocar al presidente Obote, con el apoyo de Israel, Gran Bretaña y parte del ejercito Ugandés, al que había logrado corromper sin piedad, tal vez en venganza. Años antes no había logrado aprobar el examen para sargento y nunca había podido ser ascendido en justicia a meritos militares verdaderos; el título de Teniente Coronel se lo otorgó Obote para acallar una primera intentona golpista. Una vez instalado en el poder se dedicó a gobernar con las únicas herramientas que conocía: la violencia, la manipulación de la verdad y el sexo promiscuo. Tuvo cerca de 30 hijos en 5 esposas, que conocieron de verdad el horror de su cercanía: En 1974, Kay fue encontrada muerta y cortada en pedazos en el baúl de un automóvil hallado en el garaje de un médico opositor, quien, ante el temor de ser asesinado y torturado se suicidó tras quitarle la vida a sus dos hijos. Poco después, Mama Mariam sufrió un “extraño” accidente automovilístico del que se salvó de milagro. Nora, la tercera esposa, desapareció sin dejar rastros después de ser repudiada y Marina, la cuarta, fue maltratada de tal manera que en una de las últimas palizas de su marido, sufrió la fractura de mandíbula que la dejó maltrecha para siempre. En enero de 1977, convencido de que el Arzobispo Janani Luwum conspiraba contra él, lo mando detener y lo interrogó personalmente. El Arzobispo anglicano negó las acusaciones, pero “La Bestia negra” le disparó a quemarropa dos tiros en el pecho. Como el prelado no murió inmediatamente, Amin apuntó a su boca y disparó una tercera vez. Entonces, el arzobispo cayó fulminado y, el monstruo africano, ordenó esconder el cadáver y fingir un accidente automovilístico. Entre tanto, el país se sumía en una crisis económica de proporciones insólitas y el descontento cundía entre simpatizantes y oponentes; crisis que Amin intentaba tapar con extravagantes alianzas con el mundo árabe y medidas de circo; en una oportunidad dijo al ministro de finanzas: “Eres un estúpido. Si no hay dinero la solución es simple: imprime más billetes”. El ministro se exilió en Londres para salvarse de terminar descuartizado en el Lago Victoria, como había sucedido al canciller Michael Ondaga. Sin embargo, pese al terror que infundía en un pueblo que propagaba rumores de canibalismo y crueldades extremas, y a quienes amedrentaba televisando fusilamientos de ciudadanos a los que hacia vestir de blanco “para que se vea mejor la sangre”; el fin de su reinado de horror llegó en 1979, cuando el presidente de la vecina Tanzania, Julius Nyerere, (de quien había dicho en una conferencia internacional que de “ser mujer se casaría con el”) envió tropas a la capital para apoyar a un grupo de oponentes ugandeses y responder a los años de enfrentamientos bélicos y verbales entre las dos naciones. Gracias a esta invasión tanzaniense, el “Carnicero de África” huyó a Libia el día 11 de abril de 1979, reconociendo su fracaso. Un año después, expulsado por Gadafi, recurrió a la solidaridad musulmana y recibió protección de la familia real Saudita, que le proporcionó un refugio dorado en una ciudad costera de Arabia Saudita. En los últimos años de su vida intentó a toda costa regresar a morir a su patria, pero esa petición incómoda no pudo resolverse nunca. El 15 de agosto de 2003, después de pasar varias semanas en una unidad de cuidados intensivos, falleció en un hospital de Jedda el monstruo que jamás fue juzgado ni encarcelado, pero vivió suficiente tiempo para ver su nombre convertido en una maldición…para casi todo el mundo.

domingo, 22 de noviembre de 2009

La última perla

Los años transcurridos nos han acostumbrado a sus disparates, a sus exageraciones, a su generosidad megalómana, a su ambición desmedida, a su dislexia funcional. Desde hace años estamos seguros que ya nada de lo que diga o haga va a sorprendernos. En la memoria de todos los venezolanos, opositores o no, han quedado grabadas tantas cosas raras que estamos optando, lamentablemente, por olvidar o por tomarlo a chiste, para poder seguir andando sin mayores sobresaltos que la simple angustia de salir de casa y regresar vivo. Hemos oído todo tipo de locuras: Que a Bolívar lo asesinaron a sangre fría, que el dictador Iraní es su hermano, que Fidel es incuestionable, que Ortega es su compadre del alma y Gadafi una especie de iluminado. A todo le hemos dicho que sí, con sorna y resignación. Pero la del viernes si que no; intentar reivindicar a Idi Amin, es obra de alguien que no está nada bien. Tratar de justificar al más sanguinario dictador que ha conocido la historia, solo lo puede hacer una persona que, o tiene serios desordenes mentales o no tiene idea de lo que dice; NUNCA. ¡Idi Amin! ¡Por favor! ¿Será necesario recordarlo? ¿Será necesario volver a pronunciar su nombre, que es una maldición? ¿Tendremos que entregarle la lista interminable de muertos, la lista desgarradora de horrores, torturas, robos, asesinatos? ¿Habrá que medir los litros de sangre que se derramaron en Uganda durante ese periodo incalificable? Idi Amin-Dada, ¿un nacionalista, un patriota? Dios de mi vida, esto si es verdad que es lo último que yo esperaba escucharle. A partir de hoy, me declaro en estado de perpetua zozobra. Alguien que piense por un instante semejante cosa, no puede tener ninguna buena intención en su alma. Punto.

jueves, 19 de noviembre de 2009

La interlocutora

Como si fuera una telenovela, los muchos seguidores del blog de Yoani Sanchez, Generacion Y, hemos estado con el alma en un hilo, desde que ella publicó el video en que se enfrenta valientemente a los oficiales que, una vez mas, le negaron su derecho a salir de la isla; sin sospechar que las sucesivas entregas de su magnifica bitácora, nos darían tanto material para reflexiones amargas. A partir de ese día, lamentablemente, el guión parece escrito para confirmar lo que todos sabemos dentro y fuera de la isla: Los recursos del régimen cubano, siguen siendo los de gorilas heridos que no entienden la libertad; Yoani ha vivido días de verdadero horror por el simple delito de no estar de acuerdo. Hoy, ese mismo guión ha tomado un giro interesante, gracias a la respuesta pública de Barack Obama a la entrada del blog en la que Yoani le hace algunas preguntas. Una respuesta políticamente correcta que sirve, entre otras cosas, para reconocer que es más fácil y productivo hablar con una periodista, aunque esa periodista no sea precisamente tu “fan”. Obama le responde a Yoani, mientras que Raúl Castro (que la lee tanto como Fidel y los demás del combo) sigue jugando al tonto, ante preguntas que deben estar haciéndose miles de sus paisanos. Quiero pensar que el capitulo final de esta telenovela tendrá escenas de lacrimógena emoción feliz, como corresponde. Pero me temo que para ello los villanos de la trama, deben aceptar que tienen como protagonista a una mujer admirada, valiente y arriesgada que cada día se erige, más y más, en interlocutora auténtica de quienes esperan conversaciones sensatas. Es una pena que casi siempre, a los villanos de una telenovela les cueste tantísimo liberarse del miedo que impulsa sus acciones. De todas maneras, muchos esperamos ilusionados el cartelito de FIN, para ver si no se repiten tan al carbón estas producciones caribeñas.

miércoles, 18 de noviembre de 2009

Gracias, mi pana

¡Caramba! Que descubrimiento preclaro, que hallazgo extraordinario. Nos acabamos de enterar por fin, y sin necesidad de tediosas consultas enciclopédicas, de la verdad mejor guardada de la historia: Jesucristo no fue crucificado. Subió a los cielos, eso si, como Remedios la Bella; pero cruces y clavitos, y ladrones a los costados, y Padre ¿por qué me has abandonado?; no señor, estamos equivocadísimos. Resulta que tenemos dos mil y pico de años coleccionando foticos de un impostor. Nada. No hubo crucificción, lo que nos deja sin Viernes Santo y con información adicional: los dobles para escenas peligrosas han existido toda la vida; porque resulta que al que crucificaron, fue a uno igualito. Lo que pasa es que Magdalena y los otros safriscos que lo encontraron, andaban tan atribulados que no se dieron cuenta del cambio y se pusieron de alarmistas a regar un embuste que, miren por donde, se descubrió en los albores del siglo XXI, gracias al esfuerzo admirable de Muammar El Gadafi, el pana del alma de nuestro comandante heroico, que fue para Roma y se lo contó a 600 muchachotas italianas, bien vestidas y mejor pagadas. Listo, se enteraron los medios y eso bastó para amanecer con el alma agradecida; a pesar de lo necios que pueden ser los chicos de la prensa, ha valido la pena vivir 48 años, 7 meses y 18 días para ser testigo de la revelación de un misterio indispensable, por boca de un heraldo ungido por la verdad. Lo único que me ha ensombrecido la alegría es pensar, por ejemplo, en lo que sufrió el pobre de San Pancracio en su martirologio. Pero alguien ha podido decirle que se esperara, que no estábamos seguros, que a lo mejor el de la cruz era Fernandiño, que tuviera paciencia, por Dios. Pero ya saben….hay quienes no entienden razones. Como en todo.

lunes, 16 de noviembre de 2009

Destemplado y sin sorpresas

No sorprende el llamado a guerra del sabanetero. Se parece a otros, que en circunstancias distintas, tampoco justifican el sonar de los fusiles. Llama la atención, tal vez; pero no sorprende. Nos hace pensar si estamos preparados para otra guerra más, cuando en la nuestra, las bajas se empiezan a contar por miles. Pero no sorprende. Una guerra con Colombia parece poco probable, pero eventos de la historia reciente demuestran que un gobernante enceguecido, necesitado de un golpe de proporciones descomunales y rodeado de perros hambrientos de plata y poder, puede hacer estallar volcanes. Como Bush, por ejemplo, quien se valió de una tragedia espantosa para emprender una guerra que contó hasta con el auxilio de Dios y dejó al mundo tratando de remendar un capote demasiado roto. La guerra, como es costumbre, ha demostrado su inutilidad total. Y lo volverá a demostrar en el caso de una eventual guerra nuestra, que podría pasar a la historia como el hecho bélico más bochornoso de todos los tiempos; no sólo porque los venezolanos no estamos ni entrenados, ni dispuestos a morir por razón alguna; es básicamente porque una guerra cualquiera (en el caso improbable de que se asuma con seriedad) nos va a enfrentar con el dilema inédito de tener que defender una entelequia, a la que todos dejamos de llamar patria desde el centro de nuestras emociones. No sorprende ese grito de guerra. Mucho menos viniendo de quien no ha logrado parar la guerra que el mismo inició hace once insoportables años. No sorprende porque ese grito es el destemplado grito de un traidor. Ese grito está dirigido a quienes siguen su juego y cuentan monedas. Los demás son malandros que convirtieron el odio de clases en una razón para vivir, y perpetúan la saga de los grandes absolutistas de la historia. Todos han muerto solos y con la mayor cobardía.

viernes, 13 de noviembre de 2009

Consideraciones estéticas

Un motorizado le dio un pequeño golpe al auto de Rayi anteayer. Estropeó el stop y hay que cambiarlo. Ni modo. Por suerte, hay una póliza de seguro- carísima - que se ocupa del asunto, con corredora simpaticaza y todo. El faro roto cuesta un platal. Mucho más de lo que la compañía aseguradora puede pagar sin experticias; de modo que es necesario someter el auto a una inspección en un lugar especial. Hoy hemos ido a cumplir con el trámite. Rayi equipada con miles de fotocopias y su mejor sonrisa; yo de puro apoyo moral. En la oficina nos recibió un funcionario de esos que se repiten tras cada escritorio de este país: Vernos y comenzar a exigir documentos fue todo uno. A todo lo que pedía, Rayi asentía con esa amabilidad tan suya que desarma. El oficinista recibió las fotocopias y anunció, como quien encuentra por fin una razón para seguir viviendo: - Esto no me sirve - ¿Cómo que no le sirve? Le pregunté a su yugular - Necesito los originales, contesto ignorándome - No se preocupe, aquí están, dijo Rayi, completamente a favor de la paz mundial - Ah, bueno, ¿me los da?, contestó el otro, sacando pechito La verdad, no entendíamos nada, Rayi preguntó, para evitarme el sangramiento estomacal: - ¿Y por qué no sirven las fotocopias que traje? (y que nos han costado una platica, pensé yo) - Bueno, por que con sus fotocopias no se vería bonito el expediente, respondió mientras empezaba a reproducir documentos. Devolvió los originales, se aseguró de tener lo que necesitaba para armar un expediente precioso y nos miró, sorprendido por nuestra sorpresa. Entonces, dio la estocada final: - Es que las planillas tienen un tamaño, las fotocopias otro, eso se mete en una carpeta todo junto y el expediente queda feo. Si usted hubiera sacado las fotocopias en el mismo tamaño de papel que las planillas, habríamos tenido un expediente bonito. Rayi se debatió un segundo entre arruinarse el desayuno y despedirse amablemente; ambos optamos por lo segundo. Después de todo, el suyo será el expediente más bonito que se ha cultivado; lastima que no tuviéramos a la mano un lazo de seda roja, habría sido el toque de gracia.

Esos puntos rojos

Están regados por todo el país: Son los inefables “toldos rojos” que algún inteligente funcionario se inventó para ganarse unos reales y atormentar (¿O vigilar?) a los vecinos. Son un recurso publicitario excelente y pertenecen, porque sí, al famoso partido del sabanetero, que los planta donde le viene en gana. Cerca del edificio donde vive mi hermano existen, desde hace un par de años, tres de esos. Han aguantado todo lo que les cae encima. Uno está un poco remendado; los otros dos lucen medio rosados, nada más. Como en aquella antiquísima valla publicitaria de una marca de alfombras; resisten uso y abuso. Después de mucho tiempo sin fijarme en ellos – tengo una extraordinaria capacidad para no ver lo que me disgusta – ayer le di una miradita a los “puntos rojos” del vecindario de mi hermano. ¡Oh sorpresa! Donde antes reinaba el furor “revolucionario” de algunos militantes asalariados que repartían panfletos, hoy florecen las más disímiles empresas: Alquiler de celulares, venta de pasteles, refresquerías y una en la que no había reparado por nueva y sospechosa: Venta de seguros para automóviles. El remanso socialista de ayer, hoy es el negocio de un venezolano “revolucionario” que como miles de otros, vestido de rojo, optó por la incoherente decisión de “hacer algo por su cuenta”. Y como no, si la infraestructura debe haberle salido muy barata, no paga impuestos, no necesita permisos, ni recibe visitas del SENIAT. Buhonería de primera clase, pues. Me quedé pensando con alegría, que por lo menos hay un grupo que se está dando duro con lo del reciclaje y eso es un éxito conmovedor. Si llega a ocurrírseme que existen otras razones para el cambio de uso, me entrará un fresquito de los que no le hacen ningún bien al siglo XXI.

sábado, 7 de noviembre de 2009

El negocio de este siglo

Tenía varios días con cara de preocupación y angustia. Es profesora en una escuela de pobres y la verdad, no quiebra un plato. Cumple sus labores, se gana el cariño de quienes la rodean y regresa a casa. Nadie sabía nada de ella. Hasta ayer, cuando lo contó todo. Llegó - a buscar futuro - desde un pueblo del Táchira, hace años. Allá dejó padres divorciados y once medio hermanos con quienes mantiene excelente relación. También, la modesta fábrica familiar de textiles. Aquí se graduó de maestra y vive; con la austeridad del pobre que cree en el futuro. Hace una semana, mientras almorzaba en un restaurante de carretera, su padre fue secuestrado. Sin un tiro, sin forcejeos, utilizando la fuerza de la amenaza bien dicha. Una llamada alertó a los hermanos: La liberación del padre cuesta 400 millones de bolívares fuertes, una cifra que ellos pensaban no poseer, hasta que los secuestradores les sacaron las cuentas. Resulta que lo saben todo. Conocen al detalle el patrimonio de todos, saben exactamente como va el negocio, los movimientos bancarios del secuestrado y las direcciones de correo, números de teléfono, lugares de residencia y todo lo que se pueda saber de cada uno de los miembros de la familia. Según ella, los secuestradores son educados, hablan con acento bogotano, no son violentos y brindan a su padre ciertas comodidades básicas. Llaman por teléfono todos los días para dar claras instrucciones. Por ejemplo: El jueves les indicaron dirigirse a la oficina local de un banco nacional que trabaja con familiares de secuestrados para facilitar las cosas. Además, les permiten hablar frecuentemente con su papá. La policía del Táchira, después de escuchar una conversación telefónica con los secuestradores, se ha lavado las manos. Sucede que la policía venezolana no interviene en secuestros colombianos. Eso es un asunto de familia. La fábrica está en venta, el señor sigue secuestrado y la vida familiar en ascuas. La luna de miel con los delincuentes puede terminar en cualquier momento. A ella sólo le queda el poder de su fe, a la familia la certeza de que con la liberación de su padre lo habrán perdido todo. Es el nuevo orden. Es la seguridad de que trabajar o dejar de hacerlo no garantiza futuro alguno. Es el negocio del siglo XXI. Se llama secuestro y estamos a su merced.

miércoles, 4 de noviembre de 2009

Del pueblo mismo

En mi urbanización hoy amaneció el ánimo revuelto. Chela, nuestro oráculo, anda totalmente enfurecida y ha logrado contagiar a muchos. Me enteré a media tarde, pero da igual, porque a ella el nivel de mal humor le aumenta a medida que pasan las horas del día. El motivo: después de un apagón, una de sus dos neveras dejó de trabajar. Por supuesto que se trata de un percance grave; sin esa nevera nosotros dejamos de comprar refrescos fríos y Chela deja de ganar dinero. Además, la nevera que se dañó es la más grande y ella como que no es muy buena en eso de achicarse para abastecernos. Total, que el caos de la bodega de la cuadra es serio. Pero mucho más seria es la rabia de la bodeguera. Cuando la vi, repetía por enésima vez su andanada en contra de “los hombres de la luz” a quienes, según me dijo, acababa de poner verdes en su propia oficina – sin duda una escena digna de preservar para la posteridad, pero no habían camarógrafos cercanos - Según parece, lo único que faltó fue que le diera una bofetada a alguien, no lo hizo porque nadie se le puso a tiro; pero estaba dispuesta, cosa que no dudo pues legendaria es ya la madrugada en que, armada de machete y gritos, sacó a unos ladrones de su negocio. En medio del furor, Chela ha tenido una idea genial: o viene alguien “de allá” a reparar la nevera o la va a ir a botar a las puertas de CADELA, para que ellos vean que hacer con eso. Espero ese momento con ansias, sueño desde hace tiempo con ver las oficinas de CADELA llenas de neveras, televisores, microondas y demás enseres dañados por causa de su ineficiencia. Chela jamás va a dejar de maravillarme. Ojalá y lo cumpla.

lunes, 2 de noviembre de 2009

Mano de obra… ¿barata?

Esta mañana los periódicos anunciaban que, después de la caída y mesa limpia que el sabanetero perpetró contra el Margarita Hilton, vendrán unos técnicos cubanos eficientísimos a zafarse el horror de su socialismo para ayudar a construir el horror del nuestro. En cualquier país del mundo, un profesional que tenga ganas de ir e instalarse allá a trabajar, tiene la obligación de cumplir algunos requisitos. Casi siempre, el primero es demostrar que la educación formal que recibió en su país de origen lo capacita para desempeñarse en el área escogida. Una vez cumplido ese tramite fastidioso, el país de acogida DEBE DEMOSTRAR QUE NO HAY NINGÚN PROFESIONAL NATIVO CAPACITADO PARA DESEMPEÑAR LA MISMA TAREA A LA QUE OPTA EL EXTRANJERO. (Discúlpenme las mayúsculas, pero es que me cuesta evitar el grito). Pues bien, en esta ranchería que el sabanetero intenta construir, eso no solamente es innecesario, es la manera que han descubierto para que nuestros jóvenes profesionales vivan sin esperanza de futuro. La rebatiña del Margarita Hilton, por ejemplo, tendría un poco de justificación si sirviera para que los egresados de las escuelas de hotelerìa que MANTIENE EL GOBIERNO, desarrollen sus carreras y ganen el sustento de sus familias. Pero ese objetivo no está previsto. Ese campo, como muchos otros, está reservado para los cubanos, un gentilicio que desafortunadamente empieza a mal sonarle a muchos venezolanos y, ojo, no por xenofobia; más bien por deseos de detener un poco la constante violación a nuestros derechos legítimos. ¿O será que los únicos que tienen algo de legítimo aquí son los que obedecen órdenes rojas, aprovechan los últimos estertores de un esplendor cada vez más pálido, pero no por ello menos apetecible y venden sus CUCS a precio de ganga en el mercado paralelo?

La labia de Lava

Desde que comenzó a rodar por la red el video en el que Pedro Alejandro Lava Socorro la emprende contra el colectivo homosexual, también empezó a rodar la última prueba que nos faltaba para convencernos de que los venezolanos somos posiblemente la sociedad más polarizada del planeta. Cosa que no debería sorprendernos, sobre todo al considerar que la homosexualidad es posiblemente el tema más discutido y menos claro que existe. Debo confesar que la primera vez que vi el video (recibido en mi buzón unas cinco veces en el transcurso de una mañana) sentí tanta rabia como preocupación. Rabia por la mera existencia de tipos como ese en nuestras aulas de clase; preocupación por la actitud poco valiente y hasta cómplice de los alumnos que escuchaban semejante astracanada, sin que ninguno abandonara el aula o rebatiera los absurdos que el tipo profería, usando argumentos sensatos. Claro que el tema es álgido. Muy poca gente hace una defensa pública del colectivo gay y sale bien parado; pero en este caso, el colectivo al que disparaba su odio era al colectivo de los tolerantes y lo hacia en el aula de una universidad, en una carrera que se supone servirá para hacernos mejores personas. Es decir, el señor este estaba echando por tierra los valores de los que está hecho un buen jurista. Pero el mundo ha cambiado tanto como para demostrarnos que retrocedemos a las eras más oscuras de la historia y que no hemos aprendido nada de nada. Simplemente lo tomamos a chiste, porque “los venezolanos tenemos un humor extraordinario” y regamos el rumor - no confirmado - de que el tipo ese fue expulsado de la Universidad Santa Maria. Muy pobre recompensa para quienes vieron su dignidad pisoteada en un aula de clases. Muy pobre, muy irrespetuosa y muy pacata.

miércoles, 28 de octubre de 2009

¿Y la patria?

Hay cosas que no se pueden cambiar en la vida: eres hijo de quien te parió y ciudadano del lugar en que ese parto sucedió. No hay nada que hacer; esas certezas se aceptan, se viven y se llevan, muchas veces, con resignación de monje. Otras cosas se podrán cambiar, tal vez; pero la sensación de patria es un tema que pasa por la empatìa profunda e inconsciente con la tierra donde naciste; aunque la tierra en que naciste haga de todo por alejarte de ella, como esta patria nuestra, por ejemplo. Cada día resulta más difícil sentir algo bueno por esta tierra. Cada día se hace más cuesta arriba encontrar razones para creerse el cuento de que este, es un gran país. Cada día, vivir en Venezuela se hace más complicado, duele más y nos deja más indefensos. Servicios que no funcionan, personas dispuestas a sacarte de tus casillas sin miramiento alguno, fallas eléctricas, fallas en el servicio de agua, fallas en el servicio de transporte, crímenes pavorosos que a nadie causan sorpresa, mercado laboral en colapso, estructuras públicas en escandaloso deterioro, ciudades que parecen abandonadas hasta por Dios; pero, por encima de todo: Miles de ciudadanos entrenados casi exclusivamente para el abuso. Esa es la rápida radiografía del despaís que hoy somos; agravada con la negación total para el reclamo y la certeza cada vez más patente de que la única solución no es la salida del sabanetero. Deberíamos empezar por entender que nuestras libertades individuales terminan donde empiezan las de otros y que RESPETO, es una palabra sagrada. Después, ocupémonos de asuntos un poco más graves; de lo contrario ¿Cómo vivir medianamente bien en una patria que la mayoría de las veces solo te brinda decepciones?

martes, 20 de octubre de 2009

Como en todo...hay versiones

Me encantaría conocer la verdad del encuentro entre Moore y el sabanetero, para poder entender las tonterías que anda soltando la gringa mejor pagada del mundo, nuestra inefable Eva Gollinger; a quien, vaya usted a saber por que, le ha dado por continuar en el emperramiento bolivariano absoluto, a pesar de los buenos vientos que soplan del norte. Vamos a ver: es bastante probable que Moore esté, por lo menos, adornando el cuento. Uno no llega a un hotel, escucha un escándalo, sube y se sienta a “echarse palos” con el sabanetero, sin pasar por Go ni cobrar doscientos. Eso no es tan simple. El sabanetero no se mueve para ninguna parte sin los mejores hombres de la inteligencia cubana y ya sabemos que esos tipos son candela. Además, con esa fama de bocón, realmente no creo que esté diciendo la verdad. Pero cuanto le agradezco que haya revelado accidentalmente, la verdad sobre Nico y su rol en el proceso. Todo lo demás es accesorio. Posiblemente no se bebieron botella y media de tequila (por muy de moda que esté, la revolución sigue haciéndose al amparo del mejor escocés 18 años), ni el sabanetero se valió de Moore para preparar discurso alguno. Pero, tú me disculpas Eva, tampoco fue un encuentro privilegiado entre Moore y “uno de los presidentes más importantes del mundo”. Simplemente porque eso no es posible, tampoco: El negro Obama es uno de los presidentes más importantes del mundo, Zarkosy es uno de los presidentes más importantes del mundo; Lula es uno de los presidentes más importantes del mundo. El sabanetero no está ni tibio. El es una de las personas más publicitadas del mundo, pero Paris Hilton también lo es. ¿Eso hace a Paris Hilton “una de las mujeres más importantes del mundo”? Tengo mis dudas.

jueves, 15 de octubre de 2009

Hay quienes nacen con estrella

Al que le quedaba alguna duda de la inmensa suerte con que Barack Obama llegó a este mundo, debe habérsele disipado el pasado viernes cuando la Academia de Oslo decidió dejarnos a todos estupefactos entregándole a Barack Obama un premio para el que aun, el negro, no ha hecho merito alguno. A mi me encanta Obama. Me cae bien, me parece un gran tipo, uno de esos que uno se encuentra en el autobús y le saca conversa. Me gustaba antes de ser presidente, cuando fue presidente, y cuando pocos lo conocían y empezaban sus nada tímidos esfuerzos por ganar un puesto en la política norteamericana. A pesar de mi fanatismo Clintoniano, incluso le perdoné que se hubiera llevado a Hillary en los cachos de unas primarias difíciles y rudas, y quería que fuera él, el sustituto del gallito de pelea en la Casa Blanca. Es más, me parece que dentro de un tiempito, el premio Nóbel de la Paz o de lo que sea, era su próximo golpe. Pero nuestros amigos de Oslo decidieron lo contrario, según opiniones de muchos, básicamente porque la lista de candidatos con méritos propios no era ni extensa ni brillante. Sea por lo que haya sido, incluso por aquella teoría según la cual, no se trata de un premio al imperio sino un “no te vistas que no vas” a la mismísima pasionaria colombo venezolana que se quedo con el turbante puesto, el premio Nóbel de la Paz de Obama tiene un cierto dejo a despropósito, un cierto sabor a apresuramiento, un cierto sonido a mensaje cifrado con ceja arqueada y todo. Ojala y Obama lo haya entendido y actúe en consecuencia. Porque si no, ¿para que le sirve a uno la suerte?

Un mes después

O casi. El 20 de septiembre yo andaba en son de tragos y festejo, pegado al televisor en compañía de amigos que conocen profundamente la realidad cubana y sus entresijos. El 20 de septiembre yo, que andaba en uno de mis peores días, me vacilé el concierto de Juanes y su gente, y debo decir que me pareció buenísimo; largo como era de esperarse e incandescente, como el duro sol de La Habana. El 20 de septiembre, de algún modo, yo también estuve allí. ¿Y? Salvo para sentirme tristísimo por constatar que Silvio Rodríguez sigue siendo el mismo hipócrita, buen cantante, de toda la vida y que Amaury está gordo y feo, pero sigue arrancándome lágrimas por aquello de “Si yo pudiera de donde estoy…” a mi, como a muchos otros, el concierto no le sirvió para nada distinto a un buen rato, (que de malo no tiene nada, sobre todo en ese paraíso de los ratos amargos) y para que algunos valientes tuvieran la posibilidad de ejercer un acto supremo de decisión voluntaria, demasiado parecido a la libertad: acudir al emblemático lugar de los encuentros obligados, por decisión propia. Pero sigo pensando que no dio para mas: Yoani Sánchez, por ejemplo, se volvió a quedar presa en su isla y las lágrimas cubanas siguen siendo tropicalmente negras cuando se trata de intentar vivir como cada uno quiere, al nivel que cada uno aspira Por lo demás, el cinismo de nuestro sabanetero sigue teniendo resonancias en la isla y aquí cada vez nos parecemos más a ellos. Pero no por un asunto político; hay parecidos que cada vez son mas patéticos porque se basan en otros hechos. Ojalá y eso podamos entenderlo por una canción que nos canten un día de estos. Cuando algo haya cambiado.

viernes, 2 de octubre de 2009

¿Por qué no buscarán oficio?

¡BRAVO! Ahora resulta que para la patria y su crecimiento, es imperativo que la justicia caiga “con todo su peso” sobre el cuerpo gastado y enfermo de Carlos Andrés Pérez. Debe ser que alguien tuvo un mal sueño en Miraflores, se vio con el manto de la justicia sobre los hombros y en el delirio de la madrugada silenciosa de la casa de gobierno, profirió los gritos de rigor… - Que me traigan a Pérez... ¡YA! Que me extraditen a Pérez - Que metan a Pérez en Yare… Y claro, como era quincena, Luisa, la fiscal, salió rauda y veloz a escribir el documento y a llamar a sus panas de INTERPOL: - Vamos a buscar a Pérez, vamos a traerlo humillado a la patria que desfalcó. Orden dada, orden cumplida. Ahja. ¿Y ahora? A ver, Luisita, ¿a quien demonios le importa Pérez? ¿A ti no se te ocurre que mejor será ocuparse de otras cosas? ¿A ti no se te ocurre pensar que Pérez está viviendo la ñapa?, que, ¡que fastidio con Pérez…chica! Hazme tú el favor de decirme por qué te afanas en perder tu tiempo extraditando a un tipo que, se merece la cárcel, como no, pero en este momento, ¿para que? Tu no sabes que la ley venezolana lo máximo que puede hacer con un anciano enfermo como CAP, es meterlo en su casa a esperar la muerte. ¿Por qué quieres castigar a un señor que perdió la memoria y jamás se dará cuenta de su castigo? No vale Luisa, revisa la ley, deja de meter la pata. ¿A ti no te da pena tanto desfase? Claro que CAP es un ladronzuelo y un pillo de los más connotados, pero ya está bueno ya. Ponte a trabajar, mijita. ¡Búscate un oficio!

Y la luz no se hizo...

Yo supongo que la actitud resignada del venezolano del siglo XXI es un homenaje secreto a sus antepasados caribes. No puede ser otra cosa. Todo aquel que recuerde las leyendas esas que nos pintan como un pueblo aguerrido y luchador, debe creer que se escapó torpemente de un mal libro de historia. En el rancherío tropical que hoy somos, si algo anda escaso, es el guáramo. Antes de ser públicamente apedreado, voy a intentar explicarme: En Mérida, hace aproximadamente 3 meses, se va la luz, una vez al día, todos los días, por dos horas como mínimo. Pero lo normal es que esas dos horas se dupliquen o se conviertan en dos o tres turnos diarios de dos horas cada uno. Las personas que manejan el flujo eléctrico de nuestras casas son tan consideradas, que no nos someten a la tortura de la oscuridad sino por dos horas a la vez. Pues bien, en Mérida nadie ha hecho o dicho nada al respecto. Nadie se ha quejado. Ni un solitario graffiti ha aparecido en las paredes. Es más, la gente continua pagando el recibo mensual de un servicio que no recibe y algunos, (los que pueden) están apertrechándose de plantas caseras para hacer frente al “periodo especial” que estamos viviendo sin explicación alguna. Ante el tema de la luz – y ante muchos otros - cada quien se salva a si mismo como puede, destruyendo el sentido de pertenencia a un colectivo y exacerbando la supervivencia individual, lo que se traduce en espacios que se regalan a “La revolución”. La resignación es una trampa más, de consecuencias que no notaremos hasta ser demasiado tarde; después de todo, es la oscuridad profunda el alimento preferido de los sátrapas. Pero de eso tampoco parecemos darnos cuenta.

jueves, 1 de octubre de 2009

De regreso a la calamidad

Dos meses han pasado desde la última vez que me senté frente a la máquina para “expresarme” en mi blog. Un lujo que por cierto, parece esquivarnos todos los días un poquito más a los que somos y no somos. Dos meses sin decir ni una palabra de lo mucho que hay que decir sobre ser venezolano, vivir en Venezuela y no morir en el intento de entender alguito. ¿Razones? Varias. Estuve de vacaciones, o mejor dicho, hice un viaje maravilloso para el que me sudé cada centavo, a pesar de CADIVI, SENIAT y otros secuaces. Para detalles, haga clic en http://laslibretasdetaki.blogspot.com/ y perdóneme la vida. Llegué y me encontré con el país como algunos sabemos que está y entonces me asaltó una repentina parálisis creativa – por exceso - propia de los tiempos que corren. Además he estado de pésimo humor últimamente, porque cada día más y más estafadores de almas se me cruzan en el camino. Como si eso fuera poco, cada vez que pienso en la posibilidad de escribir algo robándole tiempo a mis asuntos estrictamente laborales, en este pueblo simple y llanamente SE VA LA LUZ. Así, sin aviso, sin que nadie se queje realmente, sin que nada importante suceda, sin que la cosa llegue a pancarta ni a centímetro de periódico. De pronto, en el momento más importante de la telenovela, cuando están a punto de presentar el jurado de Miss Venezuela, cuando los blogueros nos sentamos a tratar de ponerle palabras al desorden, se va la luz. Punto. Y todavía hay gente que tiene el tupe de preguntarme si Mérida es todavía la ciudad divina de hace 20 años. He regresado al blog, prefiero estar aquí, perdiendo mis pocas horas de claridad efectiva, que seguir comprando tickets para el ACV Bolivariano. Nos estamos viendo.

sábado, 18 de julio de 2009

¿De donde salen?

Una de las cosas más curiosas de eso que llaman “la revolución” es el surgimiento, cada tanto, de nuevos y más recalcitrantes personajes que hacen suya toda la estrategia comunicacional del proceso y se desvanecen poco a poco, después de despotricar contra todo ser viviente. Usualmente se trata de gente “especializada” en algún sector muy puntual, que a diferencia de los ungidos por el sabanetero, (esos intocables funcionarios que gozan de un poder ilimitado y SIEMPRE están en la candela) reciben como una especie de permiso temporal para la auto promoción y haciendo uso de él, enloquecen al país con arengas más o menos tontas, muy poco sustanciales y muy llenas de resentimiento social. Es el caso de la nueva vedette del partido, un señor que se llama algo así como Robert Serra y que anda como loco en contra de la educación venezolana. Salió de la nada, se inscribió en el partido y pasó un tiempito escuchando a su jefe los domingos. Como recompensa a tamaño esfuerzo, ahora resulta que es la voz de los jóvenes revolucionarios. Y claro, la voz, a pesar de su paso por la Católica y su origen clase media, está lanzadísima batiéndose a duelo con todo el que se atreva a aclarar, que lo que pedimos a gritos no es adoctrinamiento sino mejoras educativas; no es intervención a ultranza, sino decencia administrativa; no es estrangulamiento, sino modernización de las universidades públicas tradicionales para formar profesionales de verdad. La buena noticia es que el cuarto de hora de Robert terminará en cuanto aparezca la próxima Ciciolina. La mala, que su discurso diabólico habrá llegado a oídos tan poco preparados como el suyo y entonces, resultará más difícil lograr que los que vienen atrás se eduquen mejor que nosotros, en nuestro mismo patio. Es decir, se eduquen con libertad, sin doctrinas y de ser posible, en paz. ¿Por que será que las vedettes desconocidas, siempre hacen ruidos malignos?

viernes, 17 de julio de 2009

¿Resignarse o morir?

Raúl, un "niño de buena familia", tiene 25 años y acaba de graduarse de Ingeniero. En su currículum puede exhibir trabajitos ocasionales y calificaciones excelentes. Poco más, si no fuera porque los curricula venezolanos tienen un apéndice oculto que señala las veces en que has votado, firmado o marchado para oponerte a las locuras del régimen. Raúl, en ese apartado, las tiene todas en contra. Todas, mas una: Recientemente, en un examen médico de rutina, fue diagnosticado VIH positivo, algo que él había tomado con valentía y buen ánimo, hasta que le tocó empezar el peregrinaje en búsqueda de empleo. De nada han servido las horas que ha dedicado al estudio de las leyes, de nada ha servido el asesoramiento recibido, de nada ha servido la honestidad, ni el buen juicio, ni las estrategias desarrolladas para ingresar “al mercado de trabajo” aun cuando no logre superar las famosas pruebas médicas. Todas las empresas privadas en que ha solicitado empleo, se han negado a contratarlo aduciendo razones que nadie es capaz de entender, después de practicarle un examen médico, en el que no advierten que averiguarán su estatus VIH. En el sector público no tiene caso buscar, allí ni siquiera miran un currículo manchado por su disidencia. Las fuerzas de Raúl están llegando al límite, anda llorando por los rincones. Hace poco le dije que se mantuviera firme en su lucha, que todo ese rollo era absolutamente ilegal. Ilegal, me contestó, y eso ¿a quien le importa? Nada vale, inventaré un negocio, de algo tengo que vivir. Regresé a casa pensando que, precisamente, lo último que este país necesita es más gente inventado negocios y más muchachos de 25 años apelando a la resignación como recurso.
Esa noche, como otras, volví a tener un inexplicable ataque de insomnio.

jueves, 16 de julio de 2009

Palabra ¿de Dios?

Soy católico practicante. Es lo menos que podía arrastrar de una crianza entre curas y mujeres rezanderas. No tengo conflictos de ningún tipo en mi relación con la iglesia, o al menos eso creo. Acepto lo que me parece sensato y rechazo lo que no. Tan simple como eso. Además, disfruto los ritos asociados a mi fe; por eso algunas veces voy a misa. No sólo por motivos sociales, algunas veces voy a misa por pura necesidad espiritual. Es decir, soy un católico convencido, sin fundamentalismo ni ortodoxia. Pero, últimamente siento que algo dentro de la iglesia está recordándome al país y eso no me gusta. No se muy bien de que se trata, o tal vez si, pero me niego a terminar de aceptarlo porque dejaría mi espíritu totalmente desprotegido. No creo en piedras de cuarzo, ejercicios de autoayuda, visualizaciones, o alguna de las cosas que nos venden como recurso infalible para la felicidad. Creo en Dios y aunque considero a los curas tan solo los maestros de ceremonia del ritual religioso, estoy empezando a fastidiarme de la homilía convertida en discurso político simplista. Escuchar a un cura de pueblo comentar los atropellos de los que es víctima su Arzobispo en las aduanas de los aeropuertos patrios, me parece sencillamente innecesario y anecdótico. Entiendo y me gusta, el papel protagónico que debe tener la iglesia en la transformación social que anhelamos, pero espero de su gente un poco más de inteligencia, un mejor uso de la palabra contenida en el evangelio. No creo que ganemos nada con quejarnos de lo mal que la pasa el Sr. Arzobispo, cuando quienes la pasamos realmente mal y no tenemos escape, somos los que nos sentamos en los bancos de la capilla a buscar un poco de paz. Bien lo decía mi madre: cuando uno no tiene nada bueno que decir, se queda callado.

miércoles, 15 de julio de 2009

Chela Dixit...

Eran las siete de la mañana y ya Chela estaba instalada frente a su mostrador, periódico en mano, pontificando sobre las noticias del día. Se lo he dicho varias veces: Si se pone a comentar las noticias con la gente, en esta economía tan mermada de nuestros vecinos, se va a quedar sin vender los pocos ejemplares de Frontera que despacha desde hace como un mes y la van a convertir en relatora oficial de la urbanización. Pero ella insiste en zamparle a uno sus comentarios informativos al mismo tiempo que el pastelito de carne o el jugo de moras de cada día. Es muy terca, Chela. Pasé por su bodega a las siete en punto; rarísimo por cierto, nunca salgo de mi casa a esa hora. Chela me saludó, me ofreció un pastelito y me espetó su comentario: Doctor, ¿y usted no está cansado del lío en Honduras? (No ha servido de nada que le haya aclarado mil veces que yo, de doctor, nada) Apenas le había dado los buenos días y ya me estaba obligando a meterme en asuntos de alta política. Me provocó decirle que sí y continuar mi camino con cualquier pretexto, pero Chela me soltó una carcajada tan simpática, que me despertó el ánimo de conversar. Le dije que sí, que lo estaba, por supuesto. Entonces me sorprendió con su informada visión de los recientes sucesos hondureños y la obstinada y patética pasión que han despertado en el sabanetero. Una visión digna de quien dedica tiempo a pensar, mientras despacha caramelos y bombas de Coca Cola. La escuché sin intervenir; cuando me despedía, me remeció con el más certero de sus dardos. Lo dijo así, como quien no quiere la cosa, como quien se preocupa de verse obligada a cumplir una orden del destino con la que le cuesta estar de acuerdo. “Epa doctor, ¿y será que ahora tendremos que ser enemigos de los hondureños, también?

lunes, 29 de junio de 2009

Ganar para sustos

Mi amiga Yiyi, a pesar del mote tan estrambótico, es una mujer de inteligencia casi sobrenatural. Ha estudiado todo lo que se puede estudiar y lo ha hecho bien. Medico, especialista en Oncología y en algunas cosas más, todas relativas al asunto ese tan terrible del cáncer, se precia de ser una profesional muy competente, que se mezcla en el dolor de sus pacientes y se preocupa, tal vez demasiado, por el curso de un tratamiento o por los errores que otros cometen en aras de la demagogia que nos acaba sin tregua. Ayer la vi y estaba angustiada, pero dispuesta a la buena conversación de siempre. Le toqué el tema de lo que parece una buena del gobierno: Ciertas mejoras en el Seguro Social que permite a los enfermos sometidos a tratamientos largos y costosos, obtener sus medicamentos de manera gratuita, sean o no abonados al Seguro. Ese fue el “ábrete sésamo” de una reveladora conversación. Al parecer, su angustia proviene de la decisión de alguien, (sin duda atizado por la misma voz que ordena poner en el mercado vergatarios que no funcionan y comida vencida) de fabricar ciertas drogas antineoplàsicas cuyos empaques exhiben sin pudor todos los símbolos aborrecidos de la nueva Venezuela. Para hacerme corto el cuento, Yiyi me asegura que tales empaques contienen medicamentos cuya elaboración desprecia los principios básicos de precaución y cuidados a que deben someterse drogas tan especiales. No hay porque decir que para algunos pacientes, el remedio está siendo peor que la enfermedad. Pero, para muchos, eso es lo que hay; lo contrario es asunto de escuálidos. Tendremos que redoblar los cuidados y las oraciones. Ya no tenemos que pedirle al altísimo que nos aleje del cáncer y otras enfermedades. También seria bueno que nos alejara de la cajita con banderas, símbolos rojos y leyendas constructivas de una nueva patria. A lo mejor no llegamos ver la patria construida, y eso si que seria una mala jugada de la demagogia.

Memorial de la noche

Sea la sabiduría el único tesoro que aparezca después de la terrible medianoche y sea sólo la compañía de aquellos que están más solos que tú y más desesperanzados, lo que te llene de tranquilidad en el tránsito final. (http://www.youtube.com/watch?v=OK25cfzdTTg) Ha sido imposible esperar más. Este lugar, que tantas veces te fue inhóspito y banal, abrió las puertas de la absoluta verdad. A su encuentro has ido. Probablemente te duela dejar el incómodo envoltorio en que pusiste el mayor de los empeños, y te duele dejar el rastro de los amores que causaron las profundas alegrías y los terribles dolores que si duelen. Seguramente no estabas preparado para emprender el viaje y pensaste, vanamente, que podías retardarlo con soberbios artilugios de magia. Nada lo ha podido detener. Ha llegado el momento; has dado el paso que, todos confiamos, no es al vacío. Nosotros también, cada uno de ellos también, un día cualquiera pediremos compañía que nos ayude en el tránsito. Sean tan sólo la de aquellos que necesitan esperanza y hombros la que te siga. Sea tan sólo la de aquellos a quienes quisiste decir que amabas, pero no pudiste. Sea tan sólo la de aquellos a quienes tu genio logró despertar de su letargo. Hubo una fuerza extraordinaria en tu paso por la vida. Sea la compañía de los que te amaron sin acercársete, de los que te amaron si verte, de los que te amaron sin saberte, la fuerza que te siga después del oscuro final.

jueves, 25 de junio de 2009

Don´t stop till you get enough

Está bien, era un hombre negro que primero se transformó en Diana Ross, después quiso ser blanco y terminó convertido en fricki. Era el estandarte de una sexualidad indefinida que probablemente confundió a muchos. Era un niño que no logró crecer y, en algún momento, el mundo estuvo en vilo esperando que un jurado norteamericano lo designara pederasta de oficio. Era seguramente un hombre enfermo, encerrado dentro de una fama imposible de manejar, que se había convertido en sinónimo de decadencia. Pero era el genio absoluto de la música pop. Era él y después los demás. Era Wacko, es cierto; pero era Michael Jackson y para cualquiera que hoy tenga un poco más de 40 años, es el soundtrack de su vida, sus primeros pases, sus primeros tabacos y sus primeros amores. Allá con lo que cada quien haya hecho con su vida, que tampoco es para sentir orgullo ni vergüenza, si se pudo salir y seguir viviendo con normalidad. Era la vida, y la estábamos viviendo, con su música de fondo, en Mérida, en Osaka o en Dusseldorf. El tipo era un monstruo. Un verdadero e irrepetible monstruo con un talento descomunal que hoy tiene al mismo mundo que lo acusó, estupefacto ante el infarto fulminante. Últimamente daba un poco de pena mirarlo, es cierto. De tanto maquillaje, tanto mito, tanta cámara hiperbárica y tanta mascarilla y velos tupidos, lo que quedaba del muchacho grácil y guapo de nuestros buenos tiempos era nada. Sobre el estado actual de su talento siempre habrá dudas; se fue intentando demostrar que era el mismo que revolucionó el mundo de los vídeos musicales; el mismo cuyos discos lograron ventas que no han logrado superarse, el mismo que se robó el consciente colectivo del planeta. Muchos, como yo, nos quedaremos con el chamo negro de diecisiete años, otros con la imagen decadente de un Rey entregado a la locura de la fama. Todos, con sus canciones inolvidables. Ya lo decía yo, junio no pintaba como mes para buenas noticias.

martes, 23 de junio de 2009

Tepario

En familia lo llamábamos “Tepario” una abreviación del título de la célebre novela de Herman Hesse, “El Lobo Estepario” que nuestra hermana Mayra descubrió en su adolescencia y se le antojó idéntica a él. Para todos fue siempre un enigma. Para mi, fue un personaje inolvidable a quien primero imité, luego seguí con devoción y por último cuide con amor, a pesar de que tal vez eso era lo más difícil de hacer. Fue mi hermano mayor y decidió irse de este mundo hace un año, después de sufrir horriblemente el resultado de una “vida desatenta”. Se fue porque no pudo encontrar herramientas para enfrentar el viaje definitivo, pocos meses antes, de Celinita, la madre inigualable que se ocupó de él como suelen hacer las madres que conocen de debilidades y caídas. Creo que también se fue porque se cansó de luchar contra un mundo que percibía hostil y demasiado banal. Nos dejó el corazón estrujado y el lugar común de la tristeza eterna. También la espinita de pensar que pudimos haber hecho más por él, si hubiéramos conocido de formulas salvadoras. Por suerte, el tiempo ha develado las huellas de Tepario: Personas que han demostrado que quien estuvo cerca de él, vivió con él, su extraordinaria intensidad, y como eso nos parecía imposible, estamos empezando a darnos por servidos. Nosotros no conocíamos la vastedad de su cosecha, lo rica que fue su siembra. Creo que lo mejor de Tepario ha quedado con nosotros como una estampa indeleble. Pero también creo que tardaremos mucho en admitir que él, fue el amor más allá de muchas cosas y es una razón para permanecer hermanados en la memoria que acompañan los viejos. No se pasa con tranquilidad por tanta pérdida junta, pero se reconstruye uno a punta de volver a vivir los regalos de sus vidas. En algún lugar has de estar, Tepario, y posiblemente esa fue la gran sorpresa de tu viaje final. Por aquí, todo está bien, o mejor dicho, igual; y el pedazo de falta que haces es casi insoportable. Pero esta vez, eso no pienso recriminártelo.

lunes, 15 de junio de 2009

Dias de feria

El sábado pasado, Yalitza se levantó antes de lo que acostumbra y se fue temprano a buscar la feria de carne de INDEPABIS. Para Yalitza, la oportunidad de comprarle unos bistecs a su familia era suficiente plan para el sábado fastidioso que le esperaba. Contó una y otra vez el dinero guardado para una ocasión y subió la cuesta buscando el toldo rojo que indicaba la venta. A pesar del madrugonazo, no fue la primera. Al llegar se dio cuenta que por lo menos la mitad de los vecinos se habían adelantado. Al fondo, arreglando la feria, estaban el carnicero del abasto y algunos vecinos conocidos. Se metió en la fila, para hacer tiempo, y de pronto vio un camión del que bajaban cajas llenas de carne. Un sello en las cajas le llamó mucho la atención: eran cajas de MAKRO. Yalitza volvió a contar el dinero y rogó a los santos que le alcanzara para algo. Entonces escuchó el aviso que daba inicio a la venta. Cuando después de una larga espera, le tocó su turno, Yalitza compró lo que pudo y emprendió el camino de regreso a casa. A pesar de la bolsa que llevaba en la mano no pudo evitar el extraño sentimiento de que algo no andaba bien. Comprar carne cara para venderla barata le pareció anormal; pero, esas eran cosas del gobierno. Cuando llegó a su casa, no había agua y todavía no habían traído la bombona de gas que pidió hace quince días. Yelitza acomodó la carne en la nevera pensando que ojala no se vaya la luz y de pronto se imaginó en la fila para pagar en MAKRO. Se sonrió pensando que si ella tuviera trabajo, por nada de este mundo se pararía a comprar carne en la feria de INDEPABIS. No supo muy bien por que, pero de pronto el almuerzo de ese día empezó a tener gusto a limosna.

Etiquetas

#panamapapers (1) 19 de abril (1) 1S (1) 2010 (2) 2012 (5) 2016 (1) 2017 (1) 23 de enero (1) 6D (6) abstencion (2) abuela (3) abuso (2) accion democratica (2) acetaminofen (1) activista (2) adecos (1) adictos (1) adivinanzas (2) admiracion (1) adolescentes (8) adriana nunez (1) aeropuerto (3) áfrica (1) afrodescendiente (2) agresiones (1) agricultores (2) aguinaldos (1) agustina (2) AH1N1 (2) Ahmadinejad (1) ahorristas (1) al limite (2) albarregas (1) ALBOR RODRIGUEZ (1) alegrias (1) Alejandro (1) alemania (1) alerta epidemiologica (1) alicia (1) almuerzo (1) alvarez paz (1) amfar (1) amigos (9) amor (1) ana dolores (1) ana frank (1) anarquia (1) andinos (1) Andres (1) aniversario (1) año escolar (2) año viejo (3) apagones (2) árabes (1) argentina (5) armas (1) asalto (5) asamblea nacional (6) aseguradora (1) asesinatos (8) asesino (4) asi nos va (8) ataque (3) ateneo de caracas (2) atentados (3) atracos (2) ATREZZO (1) atun (1) auto desvalijado (2) autos quemados (2) ayuda (1) azucar (1) azzurro ristorante (1) Bacanos (1) bachaqueo (1) Bachelet (1) Bachianos (1) Ballet (2) Ballet Contemporaneo de Caracas (2) banco latino (1) bancos (5) banda sinfonica (1) BANESCO (1) banpro (1) Barack Obama (5) belgica (1) Benedicto XVI (3) benjamin (1) berlin (1) bicentenario (1) bizet (1) blackberry (1) blog (4) boda (2) bodega (2) bogotanos (1) bolivares fuertes (3) bonito (1) Bose (1) boxeador (2) brasil (2) bromas (1) brujerias (2) buen tipo (3) buen vivir (3) buena noticia (1) burka (1) cacería (1) cacerolas (1) cacerolazo (1) CADELA (1) cadenas (2) cadivi (1) café (1) Caitlyn Jenner (1) CAJERO (1) caldera (2) calsi (1) camino (2) campana electoral (6) campeón mundial de boxeo (2) Canal de TV (2) cancer (4) candidato (9) cantantes (2) CAP (1) capriles radonsky (7) caprilismo (1) Carabobo (1) caracas (17) Carceles (3) carestia (3) Carlos (1) carlos andrez perez (3) Carlos Escarrá (1) carmen (1) carnaval (1) carnicero (1) carpeta (1) carrera (1) carros (4) cartas (1) Casa Blanca (1) caserones (1) casita en el arbol (1) Cecil (1) cecilia matos (1) cedula (1) celebraciones (2) Celina (4) censo (1) censuras (2) centro de merida (11) chamos (3) Chavez (1) che vaisman (2) chela (3) chile (2) chilenos (2) chocolate (1) CICPC (1) cierre (1) cincuenta (1) cine venezolano (1) circulos bolivarianos (1) cirugia plastica (1) ciudadanos (2) clases sociales (5) clavos (1) CNE (5) cocina (1) colageno (1) colectivo gay (3) colombia (8) colores (2) comida (1) comida piche (1) compania nacional de teatro (2) compinches (2) compuerta (1) computador (2) comunicacion global (4) comunidad libre (3) concierto (2) concierto por la paz (2) conectado (2) conexión (1) confesiones (1) confrontación (1) conjunto residencial las marias (6) consejo nacional electoral (7) constitucion (1) controles (1) copa america (1) corinna (1) corridas de toros (2) corrupcion (1) cosas de la noche (1) costumbres (1) cosulich (1) credenciales (1) crimenes (4) crisis humanitaria (2) cristina fernandez de kirchner (2) Crucificcion (1) cruz (1) Cuba (11) cubanos (13) cuenta propia (1) cuentapropismo (1) Cultura (2) cumpleanos feliz (3) custodios (3) daniel zamudio (1) debate (1) deber (1) decencia (1) declaracion publica (2) dedo en la llaga (1) defensora del pueblo (2) deja vu (1) delincuentes (7) democracia (6) democratica (1) demonios (1) dengue (1) deporte (3) derecho (6) derechos de autor (1) desabastecimiento (2) desapego (1) desastre natural (3) despecho (2) despedidas (2) después de la batalla (2) devaluación (3) dia de la raza (1) dia de las madres (2) dia de los inocentes (2) dia de parada (1) dialogo (2) dictadura (4) diego arria (2) dinero (7) Diosdado (1) diputados (3) directores (1) disculpa publica (1) discursos vacios (2) disentir (1) Dislexia (1) disparate (1) disparos (4) disturbios (11) diversidad funcional (1) doble moneda (1) documento bonito (1) documentos (1) documentos de panamá (1) dolares (5) dolor (1) domingo (2) domingo salazar (2) Doña Gladys (1) dos paises (3) duelo (3) duquesa de alba (1) earle herrera (1) ebola (1) economía (1) ecos del torbes (1) ecuador (1) Edie Windsor (1) Eduardo Gomez Sigala (1) educacio (1) educacion (9) educacion media (4) edward snowden (1) Edwin Erminy (1) efectivo (1) ejido (1) el campito (1) el morocho (1) el nacional (2) elecciones (49) electricidad (1) elizabeth taylor (1) embajadores (2) emigrar (1) empleados (3) encuentro (1) enfermedades (8) escandalo (5) escasez (2) escuelas (18) espana (7) especulación (1) esperanzas (2) espionaje (1) esposas (1) esquina de cipreses (1) Estadista (2) estados unidos (4) estafa (1) estudiantes (10) etica (2) eufemismos (1) europa (5) eva gollinger (1) eventos (3) exilio (10) exodo (2) expais (6) expresidente (2) expropiado (1) extradicion (1) extranjería (1) facebook (1) facundo cabral (1) familia (9) fe y alegria (4) felicidades (4) Felipe (1) feliz año nuevo (5) FELIZ NAVIDAD (5) ferias (1) ferias del sol (5) fibromialgia (1) Fidel Castro (4) fiestas (3) fin del mundo (1) final (1) fiscal (2) FITVEN (1) flor por cada muerto (2) Florida (1) flotilla de la libertad (1) fotocopias (1) fotografias (4) fran (1) francisco javier rivas (1) francisco mujica (1) Franklin brito (2) freddy orta (2) freelance (1) frenesi (1) frontera (2) fuerza (1) fumar (1) fundación don bosco (1) fundacomun (1) fusiles (1) futuro en ciernes (7) gadafi (1) ganador (2) ganamos (1) gatopardo (1) gay (1) generacion y (1) gente brava (2) globovision (2) GNB (2) gobernador (2) gobierno (12) gochos (1) golpe de estado (1) graduacion (1) graffiti (1) gringos (1) gripe (1) guardaespaldas (1) guerra (5) guillermo zuloaga (2) Habana (19) hada madrina (1) haiti (1) hector torres (1) helicoide (1) herencias (1) hermano (1) hijos (1) Hilton (1) historia (10) hogar (1) holocausto (1) hombre nuevo (4) homilia (1) homofobia (1) homosexual (1) honestidad (1) hospitales (5) hotel (1) huelga de hambre (5) huelga general (2) Humala (1) humillaciones (1) humoristas (1) identidad (2) idi amin (2) Idi amin dada (1) iglesia (1) imagenes (2) impuestos (1) inca valero (2) independencia patria (4) indignidad (2) inflación (1) información (1) ingrid betancourt (1) inocentes (2) inscribirse (1) insobornables (1) internet (2) intervencion (1) invaden terrenos (1) invasiones (2) invasores (3) Iran (1) irrespeto (1) isaac chocron (2) israel (1) janani luwum (1) japon (1) jennifer carolina vielma de valero (1) jesucristo (1) Jesuitas (1) jibaro (1) jimmy kimmel (1) Josefa (3) jóvenes (1) juan carlos liendo (2) juan manuel santos (1) juan pablo II (1) Juanes (1) judas (1) jueces (1) julius nyerere (1) justicia (3) justicia sabanetera. (2) La Fria (1) la lucha (1) la vino tinto (1) ladrones (3) latinoamerica (2) Lava (1) lavidadenos (1) lester rodriguez (1) libertades (5) libertador (1) libre empresa (2) libros (1) liendos (2) Lila Morllo (1) lina ron (1) linchamientos (1) lista (1) listas de los viernes (17) literatura (1) liza minelli (1) lluvias (3) lochte (1) loma de los maitines (1) lorena guillen (1) Lorenzo Mendoz Gimenez (2) los malos (4) lucha de clases (1) Luis Chataing (1) luisa estela (1) luisa ortega (1) lutos (3) luz (2) madre (6) magdalena (1) magistrado (1) magnicidio (1) maiquetia (2) malandraje (3) maldad (1) Mandela (1) maniatado (1) mano dura (1) manuela saenz (1) maquina de votaciones (2) Margarita (2) Maria (3) maria corina machado (1) Maria Eugenia Barrios (1) maria leon (1) maria teresa castillo (1) mario vargas llosa (1) martin luther king (1) matrimonio (3) medicinas (2) medicos (5) medios publicos (1) megalomania (1) mercado negro (2) mercal (1) merida (72) mesa de la unidad democratica (11) miami (1) Michael Moore (1) miedo (3) migrantes (5) Miguel Angel Rodriguez (1) Miguel Ferrari (1) militante (1) militar (1) mineros (1) ministro (2) mis nietos (1) mises (2) mision imposible (1) misionero (1) miss universo (1) mistela (1) momentos (1) moneda (2) monstruo (1) montse (1) Montserrat Caballe (1) morgue (1) mosquito (1) moteros (1) motines (1) motorizado (4) movilnet (1) movimiento13 (1) Muammar (1) muchachos (1) mudanza (1) muerte (4) muerte por inanicion (2) muertos (5) mujer (5) mundalista (1) mundial de futbol (3) municiones (1) musulmanes (1) narco (1) NAVIDAD (11) nazareno de san pablo (3) negocio (5) Nelson bocaranda (1) nestor kirchner (1) netanyahu (1) nevera (1) new york (1) no es lo mismo (1) no se (1) no violencia (2) noche de los lápices (1) nochevieja (2) nona (2) nostalgias (4) noticias (3) Obama (2) obligacion de votar (4) odio de clases (4) odios (2) OEA (1) Offer Saks (1) oficinas (1) ojo por ojo (1) olimpiadas (1) Olvido (1) omnipresente (1) once de septiembre (1) opera (1) opinion (2) oposicion (4) oraciones (1) oraculo (2) organizacion de estados americanos (1) oriente (1) Orlando (1) orquesta (1) orquídeas (1) ortega (1) oscuridad (1) oso polar (1) oswaldo (1) pablo perez (1) padre candido (1) PAE (1) pais (7) paises (1) palabras (3) panaderias (1) panamericana (1) panteon nacional (1) Papa Doc (1) Papa Francisco (1) Papa Nazi (1) papel cuche (1) paraiso (1) paramos (1) pareja (1) parias (1) Paris (1) paro civico (2) parque tecnologico (1) participacion (1) partida (3) partido de gobierno (1) pasaportes (2) pasteles (1) patan (1) paternidad responsable (1) patria (8) paz (2) pdval (1) Pedro (1) peleas (1) perdedor (1) Perez (1) Perez Jimenez (2) periodista (6) perlas del horror (1) permuta (1) personajes (8) Peru (1) pesadumbre (1) pesos (1) pinera (1) plata facil (1) plaza bolivar (1) POLAR (1) polarizados (1) policia (9) politico (8) poliza (1) pon a volar un libro (1) precios altos (2) Premio Nobel (2) premio rodolfo walsh (1) prensa del corazon (1) prescindibles (1) presidente (11) preso (2) preso politico (4) primarias (12) primero de mayo (1) primos (1) probidad (2) problemas (1) profesionales (1) profesor (2) programa de alimentacion escolar (1) prohibido (3) propiedad privada (1) prostitucion (2) protestas (6) pueblo unido (4) puertas (1) PULSE (1) puntos rojos (1) rafael (2) rafagas (1) rajoy (1) ramiro Valdez (1) ramos allup (1) rating (1) Raul Castro (1) rayi (1) RCTV (1) referendo (1) reforma educativa (3) refrescos (1) refresqueria (1) regalito (2) regimen (4) registro electoral permanente (6) regulaciones (1) reinas del corazon (5) relaciones diplomaticas (1) religiosas (2) renuncia (3) reposo (1) rescate (2) residencias universitarias (1) resignacion (1) resistencia pacifica (1) respeto (3) respuesta (1) restaurant (2) retreta (1) revolución (1) revolucionario (3) revueltas (5) rey de escocia (1) Ricardo Fernandez Barruecos (1) rico mc pato (1) roberto (1) robos (3) rojo (5) RR (1) ruidos ensordecedores (1) rumores (3) sabanetero (20) saber que se puede (1) salida (3) San Pancracio Martir (1) Sanchez (1) sangre (1) Santa (3) Santa Cruz de Mora (1) santidad (1) sapos (1) sara delgadillo (1) sarita (1) sebastian (1) secuestradores (2) secuestro (3) seleccion brasilera (2) semana santa (3) Seminario Merida (2) septiembre esperanzador (2) SIDA (1) siglo XXI (3) silencio (1) silicon valley (1) simon bolivar (3) soborno (1) sobrina (1) socialismo (2) sociedad (3) Socorro (1) solidarios (3) sorpresas (1) sucesos (1) sufrimiento (1) suicidio (1) Sumate (1) surafrica 2010 (1) Tachira (2) tanzania (1) Tañon (1) tarjeta de credito (1) tascon (1) taxis (3) taxista (2) teatreros (6) teatro (2) teatro nacional (1) telefonico (3) televisión (6) tequila (1) Teresa Carreño (1) terremoto (4) terrenos (3) terrenos invadidos (1) terroristas (5) tetas (1) tia aida (1) tiempos revueltos (6) tiros (1) toldos (1) tolerancia (2) Toma de Caracas (2) tópicos (1) toros (2) Torres gemelas (1) trabajadores (5) tradicion (2) traducciones (1) traductor (1) tragedia (2) traidor (1) tramites (1) transformistas (2) transporte (1) tribunal supremo de justicia (2) trincheras (3) trolebus (1) tupamaros (10) turismo (1) turquia (1) twitter (5) ucrania (1) Uganda (2) ugandeses (1) ULA (4) ULATV (1) unidad (3) Universidad (6) Universidad Central (1) urbanizacion (1) vacaciones (1) valencia (1) valiente (1) Vaticano (3) vecinos (4) venezolanos (47) venezuela (89) venezuela telefonico movilnet (1) venganza (1) verdad (2) viajeros (12) viajes (1) vida (2) viernes negro (1) viernes santo (1) violador (2) violencia (11) virgen de coromoto (1) virus (1) viviendas (1) voluntarios (1) votar (4) votos (1) VTV (1) wilman (1) World Trade Center (1) Yoani (1) zaira andrade (1) zapatos (1) zapping (1) zuloaga (1)