En el ínterin, cometí el error de revisar
cada cierto tiempo mi telefono, donde de vez en cuando escribía mi profundo
desconsuelo y leía alguna que otra cadena, sobre todo las que llegan por PIN.
Una me deprimía más que la siguiente. Todas,
en general, me causaban una profunda
molestia. Pero, como acepté que pedir respeto, en este país, es casi como ofender a la gente, lo soporté con estoicismo.
Hasta que recibí una cosa imposible de
entender que proviene de alguien que se hace llamar “Constelador
familiar”. La leí y comprendí que el
país se perdió porque existen personas como esa. “Constelador familiar”.
Empecemos por el principio: ¿eso qué es? ¿Qué clase brujo esotérico recibe
ahora el rimbombante título de Constelador familiar? ¿Con que se come eso? ¿A qué divinidad yoruba responden los
consteladores familiares? ¿Porque estamos todos tan locos y somos todos tan
frívolos?
Dios del Sinai; ¿alguien más recibió el escrito? ¿Lo leyeron? ¿Se
dieron cuenta de su contenido? ¿Leyeron entre líneas?: este “constelador familiar” sencillamente dice
que está muy bien que una mujer permita los maltratos y los abusos que todos
cometen contra ella, pues algún día
estará lista para recibir el amor verdadero. Todo dicho de la manera más cursi,
más rebuscada y más imbécil que una persona puede escribir.
Pues bien, pueden ponerse furiosos y empezar
su retahíla de insultos: Por favor, respeten mi derecho a vivir más o menos en
paz. NO ENVIEN CADENAS DE NINGUN TIPO ni
a mi teléfono, ni a mi PIN, ni a mi correo electrónico y de ser posible,
tampoco a mi Facebook. (Eso último está
difícil pues eso funciona como una red y bueno; pero al menos se puede ser
selectivo y no leer lo que a uno no le importa) Absolutamente todo lo que
recibo que tiene un cierto aspecto político, un llamado a la reconciliación, a
la paz, al reencuentro y a la tontería, es borrado (sin leer) inmediatamente.
Todo lo que los astrólogos, brujos, pensadores, consteladores, sicólogos,
pensadores, sociólogos, politólogos, analistas y personas de bien (y de mal)
envían, es borrado (sin leer) inmediatamente. No creo en nada de lo que escriben los que se
niegan a entender que todo se ha perdido. No creo de ninguna forma que “Todavía
hay un camino”. No para mí. Para mí solo
hay derrota, yo si perdí. Yo si estoy solo. Yo si tengo clarísimo que el futuro
es comunista, de privaciones, de delincuentes y de miserias. Yo si sé que mis
posibilidades de morir abaleado en la puerta de mi casa han aumentado
exponencialmente.
Por favor: respeten mi manera de ver las
cosas. Es el mínimo derecho que tengo. No
me envíen más cadenas, no me incluyan en sus listas de distribución de
correos, no me molesten con cosas que hay que leer por que están ahí. Si para
eso tienen que borrarme de sus listas de contacto telefónico o de sus listas de
lo que sea, siéntanse libres de hacerlo. Yo no me ofendo porque dejen de
seguirme en Twitter o me borren de su PIN o me eliminen de sus amigos de
Facebook. En realidad eso no significa nada para mí. ¿Estamos?
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