Era hora...

Una buena noticia ha sido recibida con las reservas que desarrollamos los que apelamos al escepticismo, después de múltiples intentos de creer en lo que nos dicen. La oposición ha adoptado una estrategia única para enfrentar los desmanes del sabanetero. Parece que al fin les cayó la locha. Un joven dirigente copeyano a quien he escuchado varias veces y parece inteligente, tomó la palabra para anunciarle al país que, desde ahora, la oposición trabajará en un solo frente con la única intención de aguarle la fiesta a los rojos. La tarea es difícil, sobre todo porque los espacios que se creían seguros, han ido diezmándose gracias a la truculencia legislativa del gobierno, y al amedrentamiento permanente del que somos víctimas. Las tácticas antiguas de penetración del pensamiento libre han resultado efectivas y las nuevas formas de controlar y vigilar cada acto de esos que antes se consideraban “voluntarios” están poniéndonos la vida muy cuesta arriba. Pero pequeñas victorias obtenidas al amparo de creer firmemente en nuestra libertad, podrían servirle a esta mesa de unidad como currículum. Unida, la oposición conquistó, en elecciones, cinco emblemáticas gobernaciones que, a pesar de lo que han tratado de hacer en su contra, trabajan tanto como se lo permiten. Unida, ha permitido que se escuchen ciertas voces claras del pensamiento equilibrado; pero, sobre todo, Unida ha ido logrando que el descenso de la popularidad del sabanetero alcance cifras históricas por vez primera; aunque para ello, él sólo necesita respirar. Era hora de que lo hicieran. El país ha sufrido una transformación pavorosa y la efectividad de un movimiento de oposición exitoso no tiene garantía alguna, pero su existencia aporta fresquito al alma. Vamos a ver si saben enfrentar al monstruo desde sus entrañas y logramos, al fin, cazar la gran pelea de titanes que tanto necesitamos.