¡¡¡Vaya lunes de junio!!!

Amanecieron los periódicos llenos de malas noticias. Pareciera que el planeta está desquitándose de quienes al decidir habitarlo, empezaron a golpearlo sin consideración, desde que descubrieron que podían hacerlo a su antojo. Según los relatos completamente desalentadores de hoy, el mensaje no puede ser más claro: El universo anda en una de cobro y de mala suerte: En Brasil, se cae un avión de Air France con 228 personas a bordo; en Pakistán, los alzados tienen la vida de más de 400 personas entre sus manos y sus creencias; en el continente, todos los días un temblor de tierra paraliza algún país y en nuestro patio, la temida epidemia de gripe porcina parece haber aterrizado, a pesar de los planes del gobierno de mantenerla oculta, ya que no puede mantenerla a raya; la lista de muertos de la delincuencia aumenta de manera exponencial y el sabanetero anda escondido, se pierde un sarao, embarca a Evo y su corte latina delante de la mismísima Hillary Clinton, decide permanecer callado y nos priva de sus amenazas por dos días consecutivos. No es para tomarlo a la ligera, así que decido compartir mis angustias con Chela, dueña de la bodega y oráculo de la urbanización, para quien tanta calamidad se debe a una cosa interplanetaria difícil de explicar. El comportamiento del sabanetero es otro asunto: parece que la cosa en Miraflores está que arde, según todos los chismes que cuentan y su sabia opinión personal: “desastres autoprovocados” Salí de la bodega más angustiado pero con todo más claro. Tengo la extraña certeza de que sí la cosa está que arde, ni nos vamos a enterar ni va a suceder más nada. Junio no parece mes en que las buenas noticias hagan cola en la redacción de un diario, más bien pertenecen a la fantasía de todas las Chelas del mundo, pero eso parece que no es suficiente para materializarlas.